Vistas de página en total

30 mar 2015

Salmos 6:4

Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.


En la nueva versión internacional dice: por tu gran amor, ponme a salvo.
¿Sabes?  Es increíble cuánto pensamos que merecemos.  Es normal.  Un día nos levantamos y tenemos muchas bendiciones.  Al día siguiente nos levantamos y seguimos teniendo esas mismas bendiciones o más.  Pareciera que nos lo hemos ganado.  Que con nuestro gran esfuerzo merecemos tener lo que tenemos.  De hecho, así nos lo dice todo el mundo.  Sin embargo, la realidad es totalmente opuesta.  Sin la voluntad de Dios, ni siquiera podríamos decidir el vivir un minuto más.  El día en que llegan las pruebas.  En los momentos difíciles.  Cuando el Señor decide quitar una de las tantas bendiciones que te ha dado, entonces sí, tu mundo se paraliza y cuestionas por qué te ha pasado.  Incluso, te atreves a reclamarle a Dios y le exiges que regrese lo que te ha quitado.  ¿Te suena familiar?  Debes saber que esa es tu carne tomando pleno control de tus acciones y tu mente y eso está mal.  Nosotros debemos guiarnos por el espíritu.  Entonces, cuando suceden eventos inesperados, nuestra oración es como la de David en este salmo: libra mi alma Jehová y sálvame por tu misericordia.  Misericordia.  Gran amor.  No porque merezco ser salvado.  No porque he sido bueno.  No porque hago sacrificios.  No.  Simplemente el gran amor de Dios y Su voluntad deciden qué sucede con nosotros y lo que nos rodea.  Esto no quiere decir que vamos a ir por la vida sin movernos ni buscando nada pues Dios tiene el control y decide todo.  No tiene sentido hacer esto.  La diferencia está entre vivir conforme tus pensamientos, tus deseos y tu voluntad contra los pensamientos, deseos y voluntad de Dios.  Siempre pondrás a los pies de Jehová lo que tú quieres y dejarás que Él sea juez y parte de que se cumplan o no.  El día en que el Señor decida quitarte algo, en lugar de reclamar, agradecerás por el tiempo que te permitió disfrutarlo.  Por ejemplo: si Dios decide quitar la vida a un familiar o ser querido, ¿cómo podemos reclamarle a Dios?  ¿Qué nos da ese derecho?  ¿Que estuvo con nosotros muchos años?  ¿Que ayer estaba aquí?  La realidad es dura pero al mismo tiempo nos enseña mucho.  No sé lo que estés atravesando.  Lo que sí te puedo decir es que las pruebas siempre llegan y tenemos que estar preparados para decidir como David.  Pidiendo por la misericordia y gran amor de Dios para que nos cuide, consuele y guíe.  Dejemos de pedir y orar egoístamente.  Dejemos de estar pensando tanto en nosotros y comencemos a buscar el reino de Dios.  ¿Crees en Dios?  Pues es tiempo de obedecerle y seguirle.

Oración

Padre: gracias.  Tu palabra me llena de esperanza pues estaba confundido.  Pensaba que merecía lo que tengo.  Pensaba que podía pedirte que me regresaras lo que tenía y hoy entiendo que Tú no me debes nada.  Te pido perdón por mis pecados.  Te pido que pueda vivir agradecido y disfrutando hoy lo que tu me das y no reclamando mañana lo que has decidido llevarte.  Ayúdame a entenderlo.  Ayúdame a seguirte y agradecerte por todo en lugar de reclamarte.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas gracias por este maravilloso comentario y explicación de este verso Bíblico... llena mi vida en medio de lo que estoy atravesando

Un Tiempo con Dios dijo...

Hola y gracias por compartir esto. Me da mucho gusto leerlo y que Dios te bendiga.
No dudes en compartirlo con quien gustes.