Vistas de página en total

11 feb 2010

Colosenses 1:19-20

Porque a Dios le agradó habitar en Él con toda su plenitud y, por medio de Él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.



He escrito en varias ocasiones en relación a la paz. Algunos la confunden con un tiempo fuera de la ciudad, otros con un cambio de trabajo, y en general toda la idea que existe en relación a la paz se basa en hechos y circunstancias externas que nos gustaría que cambiaran. Hoy podemos entender cómo es que existe la paz: a través del derramamiento de sangre de Jesús para que tengamos la oportunidad de ser reconciliados con Dios. Esta es la paz. Vivir en sintonía con Dios. Vivir conectados con Dios. No separados. No de espaldas. No de lejos. El sacrificio de Jesús trajo la paz al mundo y la hizo accesible a todo aquel que lo reconociera.
¿Qué hay en tu vida que te quite la paz? ¿Hay paz en tu familia?
Basados en el versículo, podemos entender que la falta de paz está ligada a una “desconexión” con el Señor en algún ámbito de nosotros. Es posible que hayas aprendido a entregar tu trabajo al cien por ciento, pero puede ser que estés “cojeando” con respecto al amor a tu prójimo, o perdonando, o siendo paciente, etc. Piénsalo por un momento…
La falta de paz no se da de afuera hacia adentro. La paz que Dios trae es interna. ¿En qué área estás en conflicto con Dios que no te permita tener paz?
Por otro lado, quiero hacer énfasis en la actitud de Dios hacia nosotros. Date cuenta cómo no está distante. Es un Dios atento que siempre está dando el primer paso para reconciliarse con nosotros. No es Él quien se encuentra alejado en el cielo sino tú y yo quienes nos metemos tanto en nuestras vidas que nos olvidamos de Él. Tenemos tantas cosas que hacer, tanto en que preocuparnos, tanto que sacar adelante, que Dios entra solamente como “bateador emergente”.
Dios nos demuestra su amor a través del sacrificio de Jesús. Nos enseña que quiere estar guiando nuestras vidas, no por su beneficio sino por el nuestro. Busca enseñarnos una mejor manera de vivir a través de Él. Creo que hay mucho que meditar en este versículo. Te invito a que examines tu vida con la perspectiva de este amor de Dios tan grande, entendiendo que hizo un sacrificio por ti, que se derramó sangre por ti, que se entregó al unigénito por ti y que está esperando que lo tomes en cuenta.
Por último, es importante que compartas esta noticia. No puedes quedarte con tanta información de Dios. Así como le dices a la gente sobre un rico lugar para comer o vacacionar, así debes compartir con lo que Dios está buscando en sus vidas. Debes compartir que Dios quiere reconciliarse con la gente y sobre todo que nos ama. Te invito a tomar acción en esto.

Oración
Padre: gracias por el sacrificio de Jesús y por tu amor y deseos de reconciliarte conmigo. Definitivamente no lo merezco y te agradezco que me lo des. Dame sabiduría para compartir de Ti con amor. En el nombre de Jesús te lo pido
Amén

1 comentario:

Esmirna Vega García dijo...

Gracias por tan acertado comentario. Tantos años en el evangelio y jamás me había fijado en el poder que sale de estos versículos. Dios les bendiga mucho.