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28 jun 2010

Colosenses 4:17-18


Díganle a Arquipo que se ocupe de la tarea que recibió del Señor, y que la lleve a cabo. Yo Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Recuerden que estoy preso. Que la gracia sea con ustedes.


Recuerden que estoy preso…
Muy pocas veces escuchamos a Pablo compartiendo su situación como algo difícil. En general parece siempre el hombre de hierro que atraviesa todo tipo de incertidumbres y no deja de caminar hacia adelante. Redactó toda una carta a los colosenses enfocando toda su atención al Señor y no a su situación de preso. Sufriendo físicamente. Probablemente tuvo momentos en los que pedía porque terminara su martirio injustificado igual que tú y yo cuando nos desesperamos por lo que nos acontece. Pide a los colosenses que oren por él. Que le den ánimo y lo apoyen. Somos humanos. Si bien, estoy convencido que Dios nos llena plenamente, creo que como hermanos jugamos un papel sumamente importante en transmitir el amor y consuelo de Dios entre nosotros. Unas palabras de aliento, un tiempo escuchando a alguien triste, una ayuda financiera o cualquier otra cosa. Con estas actitudes damos vida al amor de Cristo en nuestro hogar y medio que nos rodea.
Conforme pasa el tiempo y atravieso distintas pruebas o momentos difíciles, comprendo más el éxito y fortaleza que tuvo Pablo en compartir la palabra de Dios y atravesar tantas dificultades. Sus cartas están llenas de instrucciones para sobrevivir momentos así. Pero él tuvo que atravesarlos primero para poder decir que el vivir es en Cristo y el morir es ganancia. Siempre se mantuvo con la mirada fija en el Señor. No la movió ni un instante y por ello siempre dio la gloria a Dios sin importar su estado.
No sé si estás atravesando una etapa difícil. Tal vez te encuentras cansado, desgastado y sin ánimo. Pablo dijo: recuerden que estoy preso, recuerden mi situación. Tú también puedes abrir tu corazón a Jesús y decirle que estás cansado, sin fuerzas y derrotado. Acude a la fuente donde brota vida en abundancia: el Señor Jesús.
También quiero escribir sobre la instrucción que da Pablo a Arquipo. No necesariamente significa que no estaba cumpliendo con su trabajo, pero me hace pensar en que a veces nos cuesta trabajo recibir instrucciones y aún más los regaños o correcciones. Como fieles en Cristo debemos aprender a escuchar y entender que no todo lo hacemos bien y que habrá gente que nos muestre nuestro error. Aprendamos a escuchar y recibir consejos.
Por último, me encanta que cuando terminan las cartas siempre comparten la gracia de Dios para aquellos que están escuchando. Hoy hago lo mismo: que Dios los bendiga y llene de su gracia.

Oración
Padre: a veces es difícil entender lo que pasa en mi vida, pero con el ejemplo de Pablo entiendo que debo siempre buscar darte la gloria y que Tú estás siempre al control de todo. Te pido pongas paz en mi corazón. gracias en el nombre de Jesús
Amén

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