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9 nov 2015

Salmos 19:9-11

El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos son justos.  Deseables son más que el oro y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel y la que destila del panal.  Tu siervo es además amonestado con ellos.  En guardarlos hay grande galardón.



¡Cuántas veces la gente se pregunta: y dónde está Dios en esto o aquello!  Le cuestionan.  Le exigen.  Le faltan al respeto pensando que uno puede hablarle a Jehová como si fuera un amigo.  No te confundas.  Dios no es nuestro igual.  Él es Señor y nosotros somos siervos.  El es el Creador y nosotros su creación.  El es Padre y nosotros hijos.  ¿En qué momento pensamos que se nos ha dado autoridad para cuestionarle?  Escúchalo bien: no la tenemos.  Bien nos dice la biblia en el capítulo 38 de Job: ¿Dónde estabas tú cuando Yo fundé la tierra?  ¿Quién encerró con puertas el mar?  ¿Has mandado tú a la mañana en sus días?  ¿Has mostrado al alba su lugar?  Y estos son unos cuantos ejemplos.  Aquellos que caen en el señalamiento y crítica a Dios por “permitir” esto o aquello, son personas que tienen muy poco o nada de conocimiento del verdadero Dios.  Cuando uno estudia la palabra y busca conocer al Dios de la biblia, no pasa mucho tiempo para darse cuenta de que Dios es amor y al mismo tiempo aborrece el pecado.  Una y otra vez vemos cómo el Señor nos empuja a dejar nuestros pecados atrás y realmente convertirnos en una nueva criatura.  No se esconde en ningún momento el juicio de Dios.  Lo vemos con el diluvio, o con Ananías y su esposa y también con el apocalipsis.  Ahora, tampoco podemos pensar que Dios es quien tiene la culpa de lo que hacemos como pecadores.  Si hay guerras, maltratos, y todo tipo de acciones malas, no se deben a que Dios no está al pendiente sino a nuestra naturaleza misma que es pecadora.  Cuando uno da rienda suelta a su carne, todo tipo de pecado se desata y destruimos nuestra vida y la de los que nos rodean.  Proverbios 17:20 dice: el perverso de corazón, nunca hallará el bien.  Ahora vuelve a leer el pasaje completo.  ¡Jehová tiene un camino perfecto para tu vida!  Teme a él.  Sus juicios son justos.  Aunque no los puedas comprender.  Aunque no te gusten.  Sus juicios son justos.  ¿Quién más justo que Aquél que nos amó tanto que mandó a Jesús, su Unigénito sin dudar para reconciliarnos con él?  El oro (o del dinero) te pueden ayudar hasta cierto punto.  La “miel” la puedes disfrutar hasta cierto punto.  Pero los juicios del Señor, sus caminos y sus mandamientos son los que llenarán tu vida por completo.  Guardar los mandamientos de Dios trae galardón a tu vida.  Es un beneficio para ti.  Mientras el mundo quiere encontrar el sentido de la vida y el placer, Dios nos ha mostrado cómo podemos vivir plenos y gozosos en todo momento sin importar las circunstancias.  Obedeciendo sus mandamientos.  Temiendo al Señor.  Confiando en sus juicios.  Buscando su voluntad.  Piénsalo.  ¿Eres de los que cuestiona a Dios o de los que le alaban reconociendo que Él es Rey?

Oración

Padre: perdóname.  Hoy entiendo mi soberbia y lo equivocado que estaba al cuestionarte y pensar que puedo siquiera sentirme igual a Ti.  Hoy vengo con mi rodilla y corazón doblados ante Ti reconociéndote como mi Señor y mi Salvador.  Toma mi vida Señor y transfórmame para poder entender que tus juicios son perfectos y que tus mandamientos traen bendición a mi vida.  Heme aquí mi Señor, en el nombre de Cristo Jesús.  Amén. 

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias por compartir esta meditación ,siempre busco entender acerca de los juicios de Dios , pero es muy escasa esta enseñanza , y está es una necesidad en la iglesia de hoy , Dios nos ayude a profundizar en todo lo que buscaba de Israel , ya que El sigue buscando eso mismo en nosotros entender sus juicios y tener a su Nombre, bendiciones.