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1 dic 2008

Mateo 8:14-15

Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre. Y tocó su mano y la fiebre la dejó; y ella se levantó y les servía.




Algunas veces Jesús sanó con solo decirlo, otras con solo quererlo, y en otras más utilizó lodo o saliva. En esta ocasión simplemente tuvo que tocar a la persona para que fuera sanada.
Estoy convencido que Jesús NO vino a acabar con las enfermedades y promover la salud mundial. Entonces, si lo primero es cierto, ¿qué nos quiere decir Jesús a través de sus sanaciones? ¿Por qué no sanó siempre de la misma forma? Pienso en la mujer que se acercó a Él y tenía tanta fe que sabía que con tocar su manto sería sanada (Marcos 5:18). Si la memoria no me falla, Jesús NO había sanado antes a través de su manto.
Lo que puedo entender con las diversas formas en las que Jesús sanó es a través de una analogía con la necesidad que tenemos de ser sanados y las distintas formas en que Jesús nos sanará. Me explico mejor.
Todos tenemos diferentes pecados (enfermedades). No todos vamos a ser sanados de la misma forma ya que Jesús nos haba de manera INDIVIDUAL y no colectiva. A cada uno de nosotros nos llama por nuestro nombre y conoce perfectamente nuestra vida. Como tú y yo hemos vivido cosas muy específicas, Jesús utiliza “distintos métodos” para llamarnos y uno solo para sanarnos. Al final, lo que Dios está buscando es sanar a TODOS.
En repetidas ocasiones, Jesús demostró su potestad sobre la salud, la vida y la muerte. En cada una de ellas, fue diferente el escenario que se presentó y en cada una podemos aprender de los personajes involucrados. A veces eran personas con una fe ejemplar, otras veces con vidas destrozadas y sin esperanza, y otras, como en el caso de hoy, una persona que NO hizo absolutamente nada y fue sanada. Lo que sí sabemos, es que después de ser sanada se puso a servir a Jesús.
Esto último me lleva a concluir la gran misericordia y perfección de Dios. Tú y yo no tenemos y no PODEMOS, hacer NADA para ser sanados. Lo único que puedes hacer es pedir a Jesús que te limpie y sane.
Tristemente muchas personas creen que deben ser buenas para ir al cielo y tener comunión con Dios. Hay gente que se suicida pensando que está haciendo favores al Señor. ¡Qué falta de información! Como la suegra de Pedro tenemos que ser nosotros. Entender que estamos enfermos y reconocer que NO podemos sanarnos nosotros mismos. No hay una lista de buenas acciones para ir al cielo. El único requisito que pone la Biblia es aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador a través del arrepentimiento de tus pecados. Dios es quien nos busca, quien nos ama y quien nos perdona, nosotros simplemente reconocemos nuestras faltas y admitimos nuestro arrepentimiento.

Oración
Dios: es increíble el poder que tienes y a veces olvido que tienes control aún sobre las enfermedades y la muerte. Hoy quiero pedirte que limpies mis pecados y que pueda aprender a guardar tu palabra en mi corazón. Reconozco que necesito ser sanado por Ti y te pido que así lo hagas en el nombre de Jesús
Amén

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