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11 dic 2008

Mateo 11:4-5

Respondiendo Jesús, les dijo: Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio.



Al leer los milagros que hacía Jesús quedé impresionado. No era cualquier hombre. Era totalmente fuera de lo ordinario. ¡ES DIOS hecho hombre! Y pensar que mucha gente ahora lo ve como un “buen hombre” tal vez un profeta o una persona con mucho “carisma”. ¡Qué ha pasado con el paso del tiempo para que la imagen de Cristo se haya venido abajo de tal manera!
La culpa la tenemos nosotros.
No hemos aprendido a compartir la palabra de Dios. No hemos sabido llevar el evangelio a las personas.
Tristemente hemos dedicado más esfuerzos en demostrar que la gente está mal en lugar de demostrarles que pueden ser curados, les decimos que deben de cambiar cuando les debemos decir que Cristo es su única oportunidad para ser diferentes y que El tiene misericordia a pesar de lo que hayan hecho.
Vuelve a leer el versículo.
¿Qué pidió Jesús que hicieran? Que compartieran lo que OYEN y lo que VEN. Tú y yo debemos hacer lo mismo. Compartir lo que aprendemos de Dios, lo que vemos en nuestras vidas y lo que trabaja en nuestro corazón. Dejemos de estar luchando con la gente y agobiándonos por que sean “diferentes”. Es momento de cambiar la estrategia y dejar de “perseguir” para ahora “compartir”.
Lo que se compartió en ese entonces es que Jesús estaba haciendo milagros nunca antes vistos (sobre todo la resurrección de muertos) pero la médula de lo que anunciaban es que Jesús es Dios Todopoderoso y que viene a cambiar nuestras vidas anteriores por una nueva (2 Corintios 5:17).
Hoy Cristo tiene el mismo plan para nosotros: ir y compartir lo que oímos y lo que vemos. No más, no menos.
Debemos reconciliar la imagen de los seguidores de Cristo con la gente. Es momento de compartir el evangelio de la manera en que Jesús lo hizo. Dejemos a un lado lo que nosotros pensamos que debe ser y ocupémonos de compartir como Cristo nos ENSEÑO que DEBE ser.
Jesús sanó enfermos de lepra, sordos, cojos, mudos, endemoniados, resucitó muertos entre otras cosas, pero lo más increíble de todo, es que ahora quiere sanar nuestro corazón.
¡Cómo no compartir este mensaje tan increíble!

Oración
Señor: tu palabra me llena siempre de paz y gozo. Te pido que perdones mis pecados y esté limpio ante Ti. Quiero aprender a compartir lo que veo y escucho de Ti de manera adecuada. Ayúdame a hablar de Ti buscando solamente tu gloria y no la mía, que tu amor sea siempre exaltado y tu misericordia la base de mis pláticas. Te pido por tu iglesia para que aprendamos a llevar el evangelio como Tú lo planeaste desde un principio. En Cristo Jesús te lo pido.
Amén

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