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6 ene 2010

Éxodo 10:22-23

Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto por tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones.




El contexto es el siguiente: Dios ha mandado diversas plagas a través de Moisés a los israelitas por causa del orgulloso corazón de faraón. Las tinieblas son parte de las últimas.

Siguiendo con el tema de tomar buenas decisiones, quiero ampliarlo hacia un punto que en ocasiones llega a ser causa de conflicto. “Estoy obedeciendo pero no veo en ningún lado que se resuelvan las cosas”. “Busco agradar a Dios en todo, pero mi vida sigue siendo muy difícil”. ¿Te identificas con estas frases? A veces pensamos que el puro hecho de obedecer nos debe traer una recompensa inmediata. No es nuestra culpa. Siempre nos han enseñado que las cosas funcionan así. Saca buenas calificaciones y puedes obtener una beca, estudia fuertemente y obtén un buen trabajo, trabaja más aún y obtén un buen salario, y así sigue la cadena en todo lo que hacemos. Pero con Dios funciona diferente. La obediencia no está ligada a un resultado inmediato. Tampoco se debe desenvolver en aquello que tú deseas. La obediencia a Dios trae como consecuencia bendición.

Los egipcios habían decidido dar la espalda a Jehová. Faraón no tomó por importante las advertencias de Moisés y por consecuencia no solamente él y su familia sufrieron de las plagas sino que todo Egipto junto con él. Hago un paréntesis para notar que mientras más responsabilidades tienes, mayor es la consecuencia de tus malas decisiones. Ahora Egipto se encontraba en tinieblas. No era simplemente oscuridad. El versículo describe que nadie se movía de su lugar y que no veían ni a su prójimo. De la misma forma son las consecuencias de tus malas decisiones. Terminas de rodillas, sin poder moverte, sin saber qué hacer y prácticamente sin ver hacia dónde puedes moverte.

Mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones

Pero Israel no estaba sufriendo. Israel estaba siendo protegido por el Señor. Cuando afuera nadie podía ver absolutamente nada, en la tierra de Gosén donde se encontraba el pueblo de Dios, había luz. ¿Te das cuenta? Para este momento, Israel seguía estando captivo de los egipcios. ¿Habían obedecido? Sí. El obedecer y consultar a Dios para tus decisiones no implica una solución inmediata. Lo que sí implica es el cuidado y la protección del Señor. Así como Jehová se encargó de que hubiera luz en medio de tinieblas, así lo puede hacer en tu vida. ¿Te gustaría salir de las tinieblas? ¿Te gustaría poder ver con claridad hacia dónde estás caminando? Hoy Dios tiene una luz esperando alumbrar tu camino. Lo que te corresponde es doblar tu orgullo y reconocer que estás en tinieblas…


Oración

Dios: estoy en tinieblas y necesito tu luz. Quiero vivir conforme a tu voluntad y poder experimentar tus bendiciones y cuidado en los momentos difíciles. Gracias por enseñarme que así como protegiste a los israelitas, también tienes cuidado de mí. Ayúdame a que no me desespere sino que pueda siempre aguardar con paciencia tus planes. Guíame a tomar siempre mis decisiones en obediencia a Ti, en el nombre de Jesús

Amen

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