Vistas de página en total

4 sept 2015

Salmos 17:10-12

Han cerrado su insensible corazón y profieren insolencias con su boca.  Vigilan de cerca mis pasos prestos para derribarme.  Parecen leones ávidos de presa, leones que yacen al acecho.



Algo que he notado como un común denominador es que a la gente que hace algo “mal” no le gusta estar con alguien que no hace lo mismo.  Tal vez su conciencia los hace sentirse incómodos y por ello prefieren “ver” que todos los que están a su alrededor, se comportan de la misma manera.  Por ejemplo, una persona que engaña a su pareja, lo hace en un lugar escondido.  No lo hace alrededor de sus amigos y familiares.  Cuando existe violencia en la familia, rara vez es en público.  También están aquellos que les gusta tener “seguidores” y buscan que los demás, constantemente hagan lo mismo.  Lo que quiero expresar es el tipo de gente al que hace referencia David en este salmo y sus características.  Personas que han dado la espalda al Señor y buscan acabar con aquellos que se comportan distinto.  Entre ellos se juntan.  Entre ellos se animan y justifican.  Entre ellos señalan y critican a los que queremos obedecer y servir a Jehová.  No te sientas mal de no “encajar” en la sociedad.  ¡Es normal!  Aquellos que recibimos al Señor somos ahora embajadores y no ciudadanos de este mundo.  ¡Una enorme diferencia!  No podemos participar de la misma cultura ni costumbres pues debemos regirnos conforme a la voluntad del Padre y no la de la carne.  Debes saber que hay gente allá afuera que busca hacerte daño.  Hay gente allá afuera que le molesta ver que tu vida es distinta y puedes vencer el pecado al que ellos están atados.  Tienen su corazón insensible y buscan hacerte quedar mal para que puedan justificarse diciendo: comete los mismos errores que nosotros, no hay diferencia entre lo que él/ella hace con lo que nosotros.  ¿Entiendes?  David era perseguido porque hacía sentir incómodo a Saúl.  No tomes a la ligera este pasaje.  Como leones al acecho está Satanás y la gente que no conoce a Dios.  Buscando un solo instante que tengas de vulnerabilidad para atacarte y decir: somos iguales, estamos justificados.  No desmayes.  No te desanimes si las cosas están de cabeza y sientes la presión intensamente.  Permanece en Él.  Ve a su palabra con mayor frecuencia.  Pide consejo y consuelo a los hermanos en la fe.  Ora sin cesar.  La biblia nos ha advertido que allá afuera habrá batalla pero Él ya la ha ganado.

Oración

Padre: gracias por recordarme que has vencido al mundo.  Gracias por traer paz en momentos de incertidumbre.  Gracias por permitirme venir a Ti y poder entregarte mis cargas.  Te pido Señor que no me desanime y sea siempre luz y sal en este mundo.  No permitas que los ataques, críticas y juicios apaguen mi amor y deseo de obedecerte.  No quiero apartarme de Ti ni un instante.  En el nombre de Jesús.  Amén

No hay comentarios: