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6 oct 2015

Salmos 18:16-19

Extendiendo su mano desde lo alto tomó la mía y me sacó del mar profundo.  Me libró de mi enemigo poderoso, de aquellos que me odiaban y eran más fuertes que yo.  En el día de mi desgracia me salieron al encuentro pero mi apoyo fue el Señor.  Me sacó a un amplio espacio, me libró porque se agradó de mí.



Jesús atravesó todo un calvario y fue crucificado.  Para muchos, ahí terminó su vida y fue un gran hombre.  Para mí y aquellos que creen en su nombre, después de haber sido crucificado, resucitó al tercer día, está sentado a la derecha del Padre y reina por sobre todas las cosas.  David tuvo que experimentar algo similar en su vida.  Primero tuvo que humillarse hasta el punto de muerte para que posteriormente pudiera escribir estas palabras.  Dios no tiene patrones de actuar pues su sabiduría es infinita.  Sin embargo, sí podemos conectar ciertos puntos y relacionarnos con los ejemplos de la biblia.  En este caso, yo pienso que es importante aprender a humillarnos.  Aprender a lavar los pies a los demás.  Aprender a ser los últimos por causa del Señor y dejar que Él nos de el lugar que nos corresponda.  Recuerda que nuestra fortaleza está en Cristo y no en nosotros.  Vuelve a leer el pasaje con detenimiento.  Date cuenta de cómo Dios te ama.  Él quiere librarte de aquellos que te odian y quieren hacerte daño.  Él quiere venir y apoyarte en tu día de desgracia.  Él quiere librarte de aquellos que son más fuertes que tú.  Sin embargo, todo esto no pasa de un día para otro.  Si estás atravesando una situación difícil, en lugar de estar orando para que esta situación termine, debes pedir por humildad y sabiduría para dejar que Dios transforme tu carácter y crezcas espiritualmente.  Piénsalo.  El Señor permite eventos en nuestra vida para probar nuestra fe y ayudarnos a madurar.  ¿Qué sentido tiene pedir por una resolución sabiendo que Él tiene el control?  Mejor pidamos porque no nos apartemos de Él ni maldigamos su nombre en nuestra desesperación.  Pidamos por ser un buen ejemplo para los demás mientras atravesamos pruebas.  Oremos para que seamos luz en momentos de tinieblas.  Sé que no es fácil y va en contra de la carne.  Pero nosotros no nos guiamos por la carne sino por lo que dice la palabra del Señor.  Cristo sabía que vendría su muerte y pidió a Jehová porque le librara pero que primero se hiciera la voluntad del Padre.  Así oremos.  Así vivamos.  Humillados pero confiados en que el Señor nos protege y lleva a la gloria de su presencia.
Oración

Padre: gracias.  Tu palabra trae esperanza a mi vida.  Traes luz a las tinieblas y certidumbre a tanta inestabilidad.  Hoy doblo mi rodilla ante Ti y reconozco que no puedo más.  Te necesito.  Estoy cansado.  Estoy angustiado.  Hoy aprendí que es más importante orar por mi crecimiento espiritual y por servirte que por la resolución de mis problemas.  Que así sea mi Señor.  transforma mi carácter y pon sabiduría en mí para poder abrir mis ojos y ver todo lo que quieres cambiar de mí.  Perdona mis pecados Padre y no permitas que me aparte de Ti.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

3 comentarios:

Damaris dijo...

Me ha edificado gracias. Bendiciones

Unknown dijo...

Gracias señor porque atraves de ti he aprendido a madurar espiritualmente

Un Tiempo con Dios dijo...

Amén.