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28 oct 2008

Mateo 15:34,37

Y Jesús les dijo: ¿cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: siete y unos pocos pececillos. v.37- Y comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.



En el pasaje completo, se narra que Jesús no quería enviar a la gente de regreso a sus casas en ayunas pues ya hacía tres días que lo seguían. Entonces pregunta a sus discípulos cuánta comida tienen para ver qué se puede hacer.
Cada vez que Cristo realiza una pregunta es necesario analizarla y meditar en ella puesto que lo que busca Jesús al plantearlas no es una respuesta para despejar sus dudas sino trabajar con nuestro corazón. Este caso no es la excepción. Cristo sabía perfectamente que habían siete panes y unos cuantos peces desde antes de preguntarlo. Sabía que era imposible alimentar a 4 mil personas con los recursos que tenían, es más, era imposible alimentar si quiera a cien. Pero aún así, Jesús lanza la pregunta: ¿cuánto tenemos? Y le contestan: siete panes y unos peces, en pocas palabras NADA.
Jesús te pregunta lo mismo el día de hoy: ¿Qué tienes? Algunos contestarán: tengo fama, poder, dinero, una familia, un trabajo, salud, vida, etc. Pero la respuesta sincera es NADA. Piénsalo. Tener estas respuestas es lo mismo que decir tengo siete panes y unos peces para alimentar a cuatro mil personas. O sea, ¡NO sirven de nada! La verdad es que no tenemos nada sin Jesús. TODO nos lo ha dado Él. Dios es quien decide cuándo vas a tener poder y cuando no, Él decide si puedes tener fama, salud, trabajo y la vida misma. Como les comenté hace tiempo con respecto a mi abuelo, hubo muchas ocasiones en las que los doctores seguían sorprendidos que siguiera vivo. Nosotros NO tenemos NADA.
Jesús se encargó de proveer a los cuatro mil varones y a sus familias no para que se les quitara el hambre sino hasta que quedaron satisfechos. Además, sobraron siete canastas llenas.
Dios no está para ser complemento de tu vida. ¡Dios es quien llena tu vida!
Tal vez te has encontrado en situaciones similares a la de los discípulos en las que a tu alrededor ves solamente unos cuantos panes y peces que no te alcanzarán para mucho. Sigues teniendo familia que mantener, deudas que pagar o enfermedades que no sanan. Al final tienes que entender esta pregunta básica: ¿Qué tienes? Y la respuesta es: NADA. Sin Jesús no tengo nada.
La respuesta que Cristo buscaba en sus discípulos era: no tenemos lo suficiente para alimentar a los cuatro mil pero dinos qué quieres que hagamos para que Tú nos alimentes Señor. ¡Ahora tú sí puedes contestar así a Dios!

Oración
Señor: hoy quiero venir a Ti reconociendo que no tengo nada. Te pido que llenes mi vida pues lo que tengo no alcanza para llenarla y hace que busque más y más. Te doy gracias por que me permites entender que Tú eres quien me da todo lo que tengo y quiero pedirte porque pueda aprender a disfrutarlo y a estar agradecido con lo que me das. Te pido que escuches mi oración en el nombre de Jesús
Amén

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