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20 oct 2008

Mateo 4:17

Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado.


Recientemente vi un documental acerca del suceso en las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001 en el cual se hablaba de la falta de información que había en la gente sobre lo que estaba pasando y cómo esto afectaba grandemente pues lo que una persona escuchaba de otra iba y lo contaba a alguien mas dando por hecho que aquello que escuchó fue cierto. Explicaba también que se dispersaron rumores tan disparatados que resulta increíble entender que haya personas que lo creyeron en su momento.
Actualmente pienso que pasa algo muy similar en cuanto a Cristo y su mensaje. Personas escuchan de un autor que Cristo no murió y que se fue a vivir a algún lugar del Medio Oriente y sin dudar van y lo cuentan a alguien más. Escuchan también que Cristo tuvo hijos y se casó y la misma historia se repite. Otras ideas que circulan alrededor de Jesús es que fue un gran hombre con carisma y personalidad que predicaba acerca del amor y logró mover masas.
De todos los rumores de boca en boca que he escuchado acerca de Cristo, no creo que ni el uno por ciento hablen acerca del arrepentimiento al cual Jesús predicó.
Al parecer, en esta generación, ya no se puede contradecir a nadie sin que se sientan ofendidos o parezca que estás tratando de “convertir” a las personas. Que no te confunda la gente, tu deber es compartir lo que dice la Palabra de Dios, tú no convences a nadie de nada, de eso se encarga el Señor. Tu responsabilidad es seguir el ejemplo de Cristo y como en este versículo puedes aprender, es predicar a la gente que se arrepientan de sus pecados.
Si bien Dios es amor y Jesús predicó sobre el amor, también predicó sobre el arrepentimiento. Es muy fácil quedarnos con la predicación “sin problemas” en la que solamente se habla del amor dejando a un lado el arrepentimiento.
¡Como humanos, nos tenemos que arrepentir de nuestros pecados para poder tener comunión con Dios! No hay otro camino. Por esta razón, una de los temas que toca Jesús en sus primeras predicaciones es acerca del arrepentimiento. De hecho, en el libro de Mateo, es el primer tema sobre el cual se dice que Jesús predicó después de ser bautizado.
No podemos hacer a un lado la responsabilidad de predicar el arrepentimiento al cual nos llamó Jesús. No se puede quedar en la gente la idea de que Jesús es solamente un gran hombre con carisma. Debemos compartir que Cristo es el Hijo de Dios que murió por nosotros para limpiar nuestros pecados y RECONCILIARNOS con Jehová a través del ARREPENTIMIENTO de nuestros pecados.

Oración
Señor: me arrepiento de mis pecados. No he querido reconocer que he fallado por querer mantener mi orgullo. Perdóname. Te pido que Cristo me limpie y pueda reconciliarme contigo. Quiero aprender de Ti y conocerte. Ya no quiero solamente conocerte por rumores sino aprender de tu palabra y por ello te pido entendimiento sobre la misma. Oro a ti en el nombre de Jesús
Amén

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El arrepentimiento tiene la sencillez misma del orgullo!
Es difícil ver qué las personas a quienes les predicas a Jesús, acepten que deban arrepentirse y dejar sus pensamientos de comportamiento en el que están bien. Pero entendemos que el Espíritu Santo hará germinar la semilla.
Ánimo, no dejemos de predicar lo sano y aunque no veamos resultados inmediatos, confiemos que la palabra tiene poder para volver a la vida a todo el que está en las sombras.

Un Tiempo con Dios dijo...

Amén.