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29 oct 2008

Mateo 8:5-8

Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra y mi criado sanará.


¡Qué personaje más increíble! El centurión era un militar romano que tenía bajo su cargo a cien hombres, no era cualquier rango el que tenía esta persona. Muchas veces, las personas que tienen gente a su cargo, les cuesta trabajo olvidar su situación superior y no ven a las personas como iguales o mucho menos como superiores a ellos.
Pero el centurión no tomó como algo importante su puesto ni el ser romano y por el contrario se declaró indigno de que Jesús fuera a su casa. Si bien, puede sonar no tan impresionante, debes recordar que en ese entonces Jesús venía de una ciudad pequeña, de tener la profesión más baja (carpintero) y que un centurión romano le diga delante de toda la gente que no se siente digno de tenerlo bajo su techo, verdaderamente sorprende a cualquiera.
Vamos a analizar cada acción del centurión:
1- le rogó a Jesús
2- se declaró indigno de ser visitado por Jesús
3- sabía quién era Jesús y de lo que era capaz de hacer con solo decirlo
Ahora relacionemos sus acciones con las tuyas:
1- ¿Cómo acudes a Dios? ¿Con humildad o soberbia? ¿Le exiges o aceptas?
2- ¿Crees que has hecho algo para que Dios esté contigo?
3- ¿Cuál es tu concepto de Jesús?
A mi parecer, lo más impactante de esta persona es cuando le responde a Jesús que no es necesario que vaya a su casa a sanar a su criado sino simplemente con decirlo sanaría. En la actualidad, la palabra de alguien carece de validez. Es necesario acudir con notarios que certifiquen lo dicho y establecido, se hacen contratos firmados y se buscan testigos. Pero con Jesús NO es así. Su palabra gobierna el mundo. Él decide a dónde van los vientos y controla los mares. Cada palabra que sale de su boca cumple con un propósito. El centurión comprendió esto y aceptando la omnipotencia de Jesús y entendiendo que para Él nada es imposible, le dice: no soy digno de que vayas a mi casa y además no es necesario que te molestes pues lo que sale de tu boca se cumple.
Espero que guardes a esta persona como un gran ejemplo a seguir. Jesús ya le había dicho que iba a ir a su casa y ¡le dice que NO! Que solo lo diga y así será hecho. ¡Qué ejemplo! Me encantaría llegar a tener esa fe y comprensión de Jesús. Estar cien por ciento seguro que lo que dice se cumple. Dejar de pensar que necesito que haga esto o aquello sino simplemente confiar en lo que Él dice a través de su palabra (la Biblia).

Oración
Dios: quiero crecer mi fe. Quiero poder comprender que para Ti no hay imposibles y que con solo decirlo el mundo te obedece. Hoy vengo rogándote y humillado para pedirte que perdones mis pecados y las faltas que he tenido contra Ti. Gracias por tu palabra y el amor que me tienes hablándome a través de ella. Oro a ti mi Dios en el nombre de Jesús
Amén

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