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20 jul 2009

Santiago 1:12

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.






La palabra de Dios, como lo he escrito en numerosas ocasiones, es un verdadero instructivo para vivir a la manera de Dios. No dejo de sorprenderme cuando leo un versículo como el de hoy, que lo he leído antes y nuevamente al meditar sobre él encuentro nuevas enseñanzas. Como cualquier instructivo, la Biblia, es necesario leerla con detenimiento, estudiarla, memorizarla y sobre todo aplicarla en tus decisiones. Gozo, fe, paciencia, sabiduría, humildad, constancia o firmeza y perfección. Estos son los principios que has aprendido a lo largo de estos 12 versículos del primer capítulo de Santiago. Hoy debes aprender que, además de todos estos atributos, hay bienaventuranzas para aquél que soporta sus tentaciones, para aquél que prefiere seguir el camino de Jesús por encima del suyo, para aquél que prefiere entregar sus deseos al Señor y no vivir por satisfacción propia. La persona que soporta la tentación recibe algo que solamente Dios puede otorgar a los que le aman: la corona de vida.
¿Cuál es esa corona de vida?
Bien, si volteas a tu alrededor, te podrás dar cuenta que las personas NO traen una corona puesta ¿cierto? Esta corona no es como las que conoces. Esta corona vendrá después de la vida en la tierra. Generalmente, no escribo o hablo mucho sobre temas como el apocalipsis o los diferentes cielos, o los ángeles, o en este caso la corona de la vida que reciben los que aman a Jesús ya que prefiero enfocarme a lo práctico de cada día sabiendo que tú y yo estamos continuamente pasando por momentos difíciles. Pero de vez en cuando, es necesario hacer pausas, meditar y entender que hay una obra que no está completa si no se tiene en cuenta que habrá un final. Un momento en el que dejes este cuerpo terrenal y solamente quede tu alma. Un instante en el cual, tu decisión por Jesús te permitirá estar a su lado y poder recibir la corona de vida.
Las promesas del Señor se cumplen. Algunas se cumplen mientras vivimos en esta tierra, otras cuando ya no estés en ella. Finalmente, en un lado o en otro, se cumple su palabra.
Hoy quiero animarte a meditar sobre tu vida en este momento. ¿Has aceptado a Jesús? ¿Lo amas? ¿Lo sigues? Si tu respuesta es afirmativa, debes saber y estar seguro que al soportar tus pruebas, que el seguir el camino de Jesús, además de recibir y forjar todos los atributos que describí al principio, obtendrás, por misericordia de Dios, la corona de vida. ¡Ánimo! Un regalo de Dios es causa de gozo y alegría.

Oración
Padre Santo: gracias por amarme sin merecerlo. Gracias por permitirme conocerte y por tu palabra que me enseña cómo vivir a tu manera. Te pido Padre que pueda entender que las pruebas y tentaciones que atravieso tienen un propósito y que al cumplirlo, llegan bendiciones. Reconozco que Jesús murió por mis pecados y que es mi Salvador. Señor, guíame siempre pues quiero recibir esa corona que has prometido. En el nombre de Jesús te lo pido.
Amén

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