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27 jul 2009

Santiago 1:21

Por esto, despójense de toda inmundicia y de maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida.


Cuando el versículo dice “por esto”, significa que está comenzando una conclusión. Resumiendo, los pobres siéntanse orgullosos de su alta dignidad, los ricos de su humilde condición; dichoso el que resiste la tentación, y nunca diga que está siendo tentado por Dios sino entienda que la tentación viene de sus propias pasiones y malos deseos los cuales, al consumar el pecado da luz a la muerte; no te engañes, todo lo bueno proviene exclusivamente del Señor quien no cambia ni se transforma; por último, estén prontos para escuchar a su prójimo y lentos para airarse pues la ira humana no obra la justicia de Dios.
Esta es la palabra de Dios. Esta es la palabra que tiene poder para salvar vidas.
Si pones atención, puedes darte cuenta que estas instrucciones que da el Señor a través de Santiago, son para tu propio bienestar. El buen pastor, guía a sus ovejas a pastos verdes y seguros, no las lleva a desiertos ni arbustos espinosos donde corran peligro por depredadores. Así es Dios. Te guía por el camino correcto y te protege del “gran depredador”.
Por esta razón es importante que te quites, que te despojes y que desprendas toda la suciedad, la maldad y todo el pecado que tienes en tu vida poniéndolo a los pies de Cristo Jesús. Que humilles tu corazón y puedas escuchar su palabra y permitir que además de ser sembrada en tu corazón lleve fruto.
La salvación no es un mito ni un juego. No es un invento de los “adultos” para asustar a los niños y tratar de que se porten bien para no ir al infierno. La salvación es un tema que se toca constantemente en la Biblia y sin ninguna reserva. No es un tabú ni está reservado para los estudiosos. Está presente en varios libros y cartas y es necesario que pongas atención.
Si lees el versículo al revés, se puede parafrasear así: para salvar tu vida, es necesario que recibas con humildad, la palabra que fue sembrada en ti, despójate del pecado que hay en tu vida y permite que Cristo Jesús te limpie.
No se trata de buenos y malos, tampoco de ladrones, asesinos, violadores contra “buenos ciudadanos”. Se trata de tu pecado. De ti solamente y Dios.
Recuerda: Dios ve y penetra en lo más profundo de tu corazón y de tu mente, no se queda en el exterior como los hombres nos quedamos. Así, todo tu pecado, toda tu inmundicia queda totalmente expuesta ante Él. ¿Realmente crees que puedes esconder algo del Todopoderoso? ¿Crees que no conoce lo que hay en ti y todo lo que has hecho y dejado de hacer? Conoce perfectamente tus pensamientos y deseos. Humilla tu corazón y recibe la palabra que hoy ha sido sembrada en ti la cual tiene poder para salvar tu vida.

Oración
Señor: quiero que tu palabra tenga tierra fértil en mi corazón para que además de ser sembrada lleve fruto. Perdona mis pecados, mis rebeldías, mi orgullo tan grande que no te deja trabajar en mi corazón. Entiendo que tu palabra tiene el poder de salvarme y así te pido que sea. Límpiame Señor, en el nombre de Jesús
Amén

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