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17 nov 2010

Hechos 4:13-14

Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús. Además, como vieron que los acompañaba el hombre que había sido sanado, no tenían nada que alegar.



Los discípulos tenían dos opciones cuando se presentan antes las autoridades: explicar su situación y la injusticia que atravesaban por haber sido aprehendidos o compartir el evangelio. Sin conocer las consecuencias decidieron la segunda opción y hablaron de Jesús y anunciaron su resurrección. Como escribí recientemente, a veces nos encontramos en situaciones que no sabemos cómo abordar. Momentos en los que nos vemos envueltos en tantos problemas e impotencia para darles solución que nos perdemos sin saber por dónde caminar. Honestamente, creo que la mayoría de nosotros decidimos por explicar nuestra situación y compartir nuestra injusticia en lugar de enfocarnos en Dios y aprovechar cada momento para compartir Su palabra. Un ejemplo podría ser cuando nos encontramos en el hospital por la enfermedad de algún ser querido o incluso la nuestra. Compartimos lo difícil que es la vida y hacemos a un lado el evangelio. Entiende esto: Dios está sobre todas las cosas. Dios nos pide que lo amemos más que a nuestra propia vida. Por otro lado, Él siempre responde. Los gobernantes al ver al paralítico que fue sanado y la forma en la que Pedro y Juan hablaban, nos dice la biblia que no tuvieron nada que alegar en su contra. Ese es Dios protegiéndonos. Ese es Dios teniendo cuidado de nosotros y mostrando cómo abre puertas donde antes estaban cerradas. Ese es Dios mostrando que está por encima de los gobernantes y que Él es quien pone y quita reyes.
El día de ayer tuve un problema en mi trabajo en el cual no podía hacer absolutamente nada para solucionarlo. No era mi área y no podía influir en el área correspondiente. Al final yo tuve que escuchar las quejas y posiblemente perder un cliente. Por la tarde medité (y unas horas antes me quejé) y en un estudio bíblico recordé que primero debe estar Dios y luego todo lo demás. Oré y pedí a Dios por paz. No sé si pierda o no al cliente. Pero lo que sí sé, es que pude recibir la paz de Dios por acudir a Él y recordar que primero debemos buscar su reino y Él se encargará de acomodar todo lo demás. Así lo hicieron Pedro y Juan y el Señor se encargó a lo largo de su vida no solo de protegerlos y bendecirlos sino de llevarlos a cada rincón y con cada persona que debían estar para que compartieran lo que Jesús les había enseñado. Gente sin educación ni preparación hablaba ante autoridades que en cualquier otro escenario, nunca hubieran tenido frente a ellos. Este es nuestro Dios enseñándonos cómo su camino es perfecto y cómo acomoda todo para llenarnos de bendiciones a aquellos que le amamos y le seguimos.

Oración
Señor: estoy cansado. Perdona mis pecados y límpiame. Quiero pedir que traigas paz a mi vida y sobre todo que me des sabiduría para compartir tu palabra en todo momento. Te pido que pueda aprender a morir a mi mismo para crecer en ti. Quiero dejar de quejarme y comenzar a dar gracias. Te pido que cambies mi vida. En el nombre de Jesús
Amén

1 comentario:

Anónimo dijo...

En ocaciones pensamos, que nuestro problema es el único existente, ahora puedo decir!que no! gracias por levantarme a través de la palabras,porque se, que en medio de tantos problemas, nuestro amado Dios está con nosotros.