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29 nov 2010

Hechos 4:32

Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían.



Estos versículos son peligrosos. Muchas personas son engañadas y confundidas por personas que utilizan la biblia para beneficio propio. Insisto en que siempre corrobores lo que escuchas con varios pasajes de la biblia. Pregunta. Investiga. No te quedes con una sola opinión. Pero sobre todo, lee y confirma por ti mismo. Con este versículo podría promover fácilmente el que la gente comience a deshacerse de sus bienes y apoye a la iglesia. Con frases tan potentes como: ¿cuánto vale tu salvación o tu vida? ¿Cómo ponerle precio a tu familia y el ser bendecido? Basta con ligar el dinero con las bendiciones que recibimos de Dios o con algunos posibles castigos y la gente comienza a traerlo. Hay iglesias que sus pastores se han enriquecido de una manera irresponsable mientras que los congregantes siguen en su miseria. Por eso debemos poner atención a la biblia: todos eran de un mismo sentir y pensar. ¿Cuál es este sentir y pensar? En que todos necesitamos aceptar a Cristo, arrepentirnos de nuestros pecados y caminar conforme a su ejemplo. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones. ¡Esto no quiere decir que el dueño o los dueños eran los apóstoles! Los pastores de hoy en día no son los dueños de lo que entra a las arcas de la congregación. ¿Quién es el dueño entonces? Dios. Este era su mismo pensar. Entendían que todo proviene del Señor. Comprendieron que por su gracia y amor, Jehová les había llenado de bendiciones. Cuando puedes entender algo tan poderoso, lo único que te queda es doblar tu rodilla, alabar a Dios dándole gracias por tanto que te ha dado. Posteriormente, esas bendiciones las quieres compartir y por ello las traes a la iglesia para que la familia en Cristo pueda ser bendecida.
Nadie debe obligarte ni presionarte a dar a la iglesia. El diezmo es tu única obligación y esta decisión también es personal. La iglesia no debe ser coercitiva. Nosotros como congregantes debemos comprender y crecer en la palabra de Dios para poder actuar conforme a su voluntad. Ojo, esto no nos quita responsabilidad ¡sino todo lo contrario!
Hoy quiero animarte a que busquemos estar en un mismo sentir y pensar: Cristo Jesús. Que él sea nuestro objetivo y quien dirija nuestra vida. Entendamos que nada nos pertenece sino que somos administradores temporales de lo que hoy tenemos. Pongamos al servicio de Dios lo que Él nos da. No seamos egoístas al querer todo para nosotros y olvidarnos que es una bendición y no un reconocimiento. Comparte. Da. No dejes que lo material estorbe en tu comunión con Dios sino utilízalo para ver sus promesas cumplidas.

Oración
Padre: vaya que me has bendecido y has cumplido tus promesas en mí al darme alimento, techo y abrigo. Gracias por mostrarme cómo compartir mis bendiciones con mi familia espiritual. Gracias por recordarme que lo que tengo es una bendición y muestra de tu gracia y amor mas no un reconocimiento de mi gran esfuerzo o sabiduría. Perdona mis pecados Señor. Quiero vivir como Jesús y te pido que me guíes en el camino. En su nombre te lo pido.
Amén

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