Vistas de página en total

27 jul 2012

Hechos 28:11-14


Al cabo de tres meses en la isla, zarpamos en un barco que había invernado allí.  Era una nave de Alejandría que tenía por insignia a los dioses Dióscuros.  Hicimos escala en Siracusa, donde nos quedamos tres días.  Desde allí navegamos bordeando la costa y llegamos a Regio.  Al día siguiente se levantó viento del sur y al segundo día llegamos a Puteoli.  Allí encontramos a algunos creyentes que nos invitaron a pasar una semana con ellos.  Y por fin llegamos a Roma.


Esperaron a que el invierno pasara y tuvieron un excelente tiempo en la isla de Malta.    Finalmente pudieron descansar de la tempestad y poco a poco la dejaron atrás.  Pasaron los días, las semanas y finalmente los meses.  Habían cobrado ánimo y su día a día era agradable.  Pero no pueden quedarse muy cómodos porque deben seguir su camino a Roma.  Esto me hace pensar que nosotros tampoco debemos quedarnos en la comodidad ni el estancamiento.  Que bueno que tengamos ya un tiempo de descanso.  Lo necesitamos.  Debemos gozarlo y dar gracias a Dios.  Pero también debemos tener presente que nuestra meta no la alcanzamos sino hasta que el Señor nos llama.  Así que, mientras tanto, debemos buscar el “llegar a Roma”.  Ir y hacer discípulos.  Bautizándolos.  Enseñándolos en la buena doctrina.  Dando testimonio y llevando el nombre de Jesús a cada rincón.  ¡Esa es nuestra meta!
Por otro lado, curiosamente, el barco que toman viene también de Alejandría.  ¿La diferencia?  Nos dice el relato que ellos habían decidido invernar en Malta mientras que ellos hicieron caso omiso a la advertencia de Pablo.  ¿La consecuencia?  Un barco estaba flotando en el puerto mientras que el otro estaba encallado.  ¿Te das cuenta de la importancia de escuchar y obedecer?  Muchas personas piensas que tienen que experimentar y vivirlo todo para poder “aprender”.  Ahora que ya experimenté esto en carne propia, entiendo que no es la mejor.  ¿En serio?  ¿Tan necios y orgullosos somos?  ¿No podemos escuchar y aprender del consejo de Jehová?  ¡Piénsalo!  No queremos terminar con nuestro barco encallado por no seguir los principios de Dios.
La parte final de su viaje fue suave y tranquila.  Pudieron navegar sin problemas y se quedaron en Puteoli donde fueron recibidos por algunos hermanos quienes cuidaron de ellos.  ¿Alguna vez te has preguntado en qué puedes servir a Dios?  ¡En servir a tu prójimo!  Muchas veces las personas no saben cómo servir o qué hacer y resulta triste que se queden sin hacer nada por falta de dirección.  No todos tienen que estar dando sermones en la congregación.  Cada uno de nosotros tiene un rol en específico pero todos debemos servir.  Así que, si el día de hoy no estás sirviendo, te exhorto a que comiences lo antes posible.  
Finalmente llegan a Roma.  Después de tantos acontecimientos.  Buenos y malos.  Ahí estaban ellos.  Viendo el puerto y seguramente no podían creer que finalmente estaban allí.  La promesa de Dios se había cumplido.  Ninguno perdió la vida a pesar de que atravesaron una tormenta que les quitó toda esperanza.  Dios fue fiel y cumplió.  Los cuidó con su mano y les permitió llegar a Roma.  Así también te cuida y me cuida cumpliendo con sus promesas.  Ahora, espero que aprendas del pasaje de hoy y de ahora en adelante escuches los mandamientos de Dios y no sigas “encallando” mientras que podrías estar en el puerto sin haber tenido que sufrir las consecuencias de no haber escuchado consejo sabio.  ¡Piénsalo y actúa!
Oración
Señor: creo que mi barco está encallado.  He tomado malas decisiones por no querer escuchar tu consejo.  He sido necio y me dejé llevar por lo que veía pensando que era mejor pero hoy veo que obedecerte trae mayor bendición.  Te pido que no me acostumbre a ser como soy ahora sino que constantemente te deje transformar mi corazón para que sea más como el de Jesús y menos como yo.  Heme aquí mi Señor.  Toma mi vida que la pongo en servicio a Ti.  En el nombre de Jesús.  Amén 

No hay comentarios: