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23 ago 2012

Gálatas 1:10


¿Qué busco ganarme con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios?  ¿Piensan que procuro agradar a los demás?  Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.  



En la versión Reina Valera 1960 traduce así el versículo: pues, ¿Busco ahora el favor de los hombres o el de Dios?  ¿O trato de agradar a los hombres?  Pues si todavía agradara a los hombres no sería siervo de Cristo.
Aunque sumamente similar, hay algunas palabras que me ayudan a entender un poco más lo que Pablo nos está diciendo.  Primero.  La palabra ahora.  Lo que quiere decir es que existe una transición entre antes y después.  Había un comportamiento y ahora aparece uno distinto.  Si bien, antes de conocer a Cristo, la vida de Pablo estaba destinada a agradarse a si mismo y a los demás, nos revela con este versículo que ya no se comporta de la misma manera.  Nos abre su corazón.  Nos deja ver lo que había antes en su forma de ser y quiere que nos demos cuenta lo que ahora hay en sus deseos y en sus pensamientos.  Ahora busco agradar a Dios.  Antes.  Mi vida era otra cosa, pero ahora, mi Dios es lo primero y lo último.  ¿Puedes entenderlo?  ¿Puedes sentir lo que Pablo nos está transmitiendo?  Nos está tratando de convencer sobre el cambio que Dios ha hecho en él y cómo lo puede hacer también en nosotros.  Antes procuraba agradarme a mi mismo y a los demás.  Ahora, procuro agradar a Dios.  ¡Este es el cambio que el Señor está haciendo en mi vida!  Imagina el tono que utilizas cuando quieres convencer a alguien que pruebe tu platillo favorito.  Ahora, pon ese mismo énfasis en las palabras de Pablo.  ¿Te queda más claro?  Los gálatas estaban comenzando a confundirse por aquellos que minimizaban el evangelio haciéndoles creer que era sabiduría o invención humana.   Pero Pablo hace alusión a una realidad que no se puede negar: su propio testimonio.  ¿Acaso creen que pasaría por todo lo que he vivido para compartirles un invento o algo que se me ha ocurrido?  Recuerda que una de las primeras experiencias de Pablo al testificar a Cristo es ser lapidado y considerado muerto por lo grave de sus heridas.  
Ahora, ¿De qué nos sirve esta confesión de Pablo?  Nos sirve para entender que tu vida no puede ser la misma antes de conocer a Dios y después de conocerlo.  Piénsalo.  Si estás haciendo esto, debes aceptar que estás viviendo una doble vida y muy dentro de ti sabes que algo no está bien.  Lo sabes.  Puede ser una pequeña piedra en el zapato que no te deja caminar como te gustaría.  A veces se te olvida que la tienes pero tarde o temprano sabes que ahí está y que es necesario hacer algunos ajustes.  Sabes de lo que estoy hablando.  Por esta razón Pablo dice de manera muy sencilla: he aprendido que, si busco servir a los hombres o a mi mismo, simplemente no puedo llamarme siervo de Dios.  Tómate un momento para meditar en tu vida y reflexionar sobre lo que haces y lo que hay en tu pasado.  ¿Realmente has cambiado?  No contestes por contestar.  Pon la vara que el Señor tiene y utilízala.  ¿Realmente hay un cambio en ti?  ¿Será que sigues tratando de agradar a los hombres?  No tiene sentido que te sigas engañando.  ¡Mejor toma la decisión de cambiar!

Oración
Padre: perdóname.  He llevado una doble vida y sé que no puedo seguir así.  Quiero pedirte que me transformes y pueda ver un cambio entre mi antigua y mi nueva forma de vivir y de pensar.  Quiero servirte y ahora entiendo que tengo que dejar atrás el querer agradarme a mi y a los demás.  Gracias por darle sentido a mi vida y por recibirme a pesar de mis fallas.  Gracias Señor, en el nombre de Jesús.  Amén.

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