Vistas de página en total

26 feb 2014

Hebreos 2:8b-9

Si Dios puso bajo Él todas las cosas, entonces no hay nada que no le esté sujeto.  Ahora bien, es cierto que todavía no vemos que todo le esté sujeto.  Sin embargo, vemos a Jesús, que fue hecho un poco inferior a los ángeles coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte.  Así, por la gracia de Dios, la muerte que Él sufrió resulta en beneficio de todos. 



Creo que nunca he escuchado a algún no creyente decir que la muerte de Cristo resulta en beneficio de todos.  Conocen algunas características de él pero jamás los he escuchado decir que su muerte fue algo que beneficia a todos.  Mientras tanto, el pasaje de hoy nos dice justamente eso: la muerte que Él sufrió resulta en beneficio de todos.  Algo estamos haciendo mal que el mensaje no está llegando correctamente.  Algo estamos haciendo mal para que la gente no entienda que Jesús no vino por los sanos sino por los enfermos.  Cristo fue hecho hombre.  Siendo Dios se hizo hombre.  Vino a darnos el mejor ejemplo que jamás pueda existir.  Sin embargo ahí no termina el propósito de su venida.  Vino a morir y pagar por nuestros pecados.  Y su propósito tampoco termina aquí.  Después de morir, resucitó al tercer día.  Venciendo a la muerte.  Venciendo al pecado.  Rompiendo todas las cadenas que nos ataban.  ¡Así es como todos nos hemos beneficiado de su muerte!  Pero hay algo más, hoy en día no vemos que todo esté sujeto a Él, pero llegará el momento en el que todo estará bajo sus pies y nosotros reinaremos junto con Él.  ¿Cómo es posible que tantas buenas nuevas sean apagadas por el hecho de reconocernos pecadores?  ¿Tan soberbios somos?  ¿Tan necios?  No lo sé.  Lo que sí sé es que debemos actuar.  No podemos seguir sentados dejando que otros hablen del Señor.  ¡Cómo dejar así tan increíble mensaje!  Tal vez hemos juzgado y criticado.  Tal vez hemos preferido guardar silencio.  No conozco tu historia.  Hoy te animo a meditar sobre cómo compartes al Señor.  Lee estos versículos.  Abre los ojos y date cuenta de tan grande amor que se derrama sobre nosotros.  Trata de entender la misma esencia del Señor: amor.  ¡Dios es amor!  Cristo es amor.  Vino porque quiere darnos la oportunidad de ser reconciliados con Él.  Él nos amó primero.  No hay nada que puedas hacer para que te ame más o que te ame menos.  Su muerte te beneficia a ti y a todos los que te rodean.  ¡Comparte ese mensaje!  Guarda estas palabras en tu corazón y cuestiona todo lo que hagas.  ¿Estoy sirviendo al Señor?  ¿Estoy buscando su gloria?  ¿Entiendo lo que hizo por mí?  ¿Estoy siendo soberbio o necio?  Espero que cuestiones tus actos para que de esta manera puedas crecer espiritualmente.  Es necesario que reconozcas en dónde estás parado.  No dónde crees que estás parado sino dónde realmente estás.  Ahora entiende lo que Dios ha hecho por ti y entrega tu vida a Él en obediencia y servicio.

Oración

Padre: gracias.  No solo dejaste de ser Dios y te hiciste hombre sino que sufriste hasta la muerte para que yo me viera beneficiado.  Gracias por haber resucitado y traído esperanza a mi vida.  Gracias por permitirme ser reconciliado con el Padre a través de tu sacrificio.  Te pido perdón por mis pecados.  Examina mi corazón y guíame conforme a tu voluntad.  Oro en el nombre de Jesús.  Amén  

No hay comentarios: