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25 feb 2014

Hechos 2:5-8a

Dios no puso bajo el dominio de los ángeles el mundo venidero del que estamos hablando.  Como alguien ha atestiguado en algún lugar: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para que lo tomes en cuenta?  Lo hiciste poco inferior a los ángeles; lo coronaste de gloria y de honra y todo pusiste debajo de sus pies. 



Siento que existe una “moda” sobre los ángeles.  Constantemente veo en redes sociales a personas que están involucradas en cursos sobre los distintos tipos y cómo establecer una comunicación con ellos.  Hay ángeles que al parecer toman el lugar de Dios y ¡te pueden ayudar a tantas cosas!  Pero, ¿cómo entender a los ángeles y la posición que Dios les da y al mismo tiempo no caer en este tipo de dilemas en los que la gente se envuelve y termina siguiendo a un “ángel” en lugar de al Señor?  La respuesta es aburrida y la he repetido una y otra vez: acudiendo a la palabra misma.  Los pasajes anteriores, junto con los de hoy, nos confirman que los ángeles no son superiores a Dios ni tampoco son un medio para llegar a Él.  Aunque son superiores a nosotros, no van a reinar como nosotros lo haremos a lado de Jehová.  Aunque esto es claro y no hay nada que “descifrar” hay personas allá afuera que no conocen del evangelio y continúan poniendo sus esperanzas en todo menos el Señor.  Ahora que tienes claro que los ángeles no dominan, no dejes pasar la oportunidad cuando algún tema de estos salga en tus conversaciones.  La gente necesita escuchar este mensaje.  La gente está hambrienta de principios firmes que ha establecido Dios.  Buscan y buscan pero no encuentran porque nosotros preferimos quedarnos callados para no “incomodar”.  ¡Error!  Levanta la voz y comparte el evangelio.
Por otro lado, es importante entender que el Señor ha decidido que nosotros seremos coronados y todo será puesto debajo de nuestros pies.  ¿Por qué es importante?  Para que aprendamos a vivir en humildad y servicio.  Sí.  Totalmente opuesto a lo que se nos enseña y promueve diariamente.  Se nos dice que tenemos que sobresalir.  La publicidad nos enseña personas con físicos perfectos, la casa perfecta, el cónyuge perfecto y la familia perfecta.  Todo para decirnos que la familia “perfecta” utiliza este o aquel producto y que tú también debes tenerlo para ser “perfecto” y que te sientas pleno.  Hay un comercial que, aunque ya lo he escuchado, no deja de sorprenderme.  Dice: ten un seguro de vida para que ahora sí puedas estar tranquilo.  ¿En serio?  ¿Un seguro de vida?  Probablemente pueda eliminar una variante de todo aquello que podría quitarme el sueño pero hay muchas otras que seguirían persiguiéndome sin dejarme estar “tranquilo”.  En cambio, la biblia dice que nuestro Dios reina, que nada se mueve sin que Él lo acepte y todo será postrado ante sus pies.  ¿Entiendes hacia dónde voy?  Mientras que aquí se nos ofrecen pequeños “remedios”, Dios nos da la cura completa.  Dejemos de vivir con “parches” y entreguemos nuestra vida al Señor para que Él nos transforme completamente.

Oración

Señor: gracias por enseñarme el lugar que ocupan los ángeles y ayudarme a no caer en confusiones y engaños.  Gracias por amarme incondicionalmente y permitirme tener comunión contigo sin que lo merezca.  Te pido perdones mis pecados.  Te pido guíes mi vida.  Heme aquí.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén

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