En cuanto a ustedes,
queridos hermanos, aunque nos expresamos así, estamos seguros que les espera lo
mejor, es decir, lo que atañe a la salvación. 
Porque Dios no es injusto como para olvidarse de las obras y del amor
que, para su gloria, ustedes han mostrado sirviendo a los santos, como lo
siguen haciendo.  Deseamos, sin embargo,
que cada uno de ustedes siga mostrando ese mismo empeño hasta la realización
final y completa de su esperanza.  No
sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las
promesas.
Muchas veces leemos la
biblia o escuchamos alguna predicación y nos quedamos con buenos deseos y
ánimos para seguir y servir a Dios.  Sin
embargo, cuando llegan las pruebas, los momentos difíciles y nos sentimos desesperados,
se nos olvida todo eso y comenzamos a buscar soluciones por nuestros propios
medios.  Por un lado, tenemos el recuerdo
que lo mejor es seguir a Dios mientras que por el otro queremos hacer nuestra
voluntad y tratar de tener un efecto inmediato. 
No es fácil seguir a Cristo. 
Siempre lo he dicho y hoy te lo repito. 
Él pide que entregues tu vida entera. 
Que te niegues a ti mismo y tomes su cruz.  Te hace responsable de ir y compartir su
palabra.  Te pide que ames a tu prójimo y
le perdones siempre como Él te ha perdonado. 
En fin, hay tanto que se pide de nosotros y lo podemos reducir a dejar
que Él crezca mientras nosotros nos hacemos pequeños.  Pero ¿por qué digo todo esto y qué tiene que
ver con el pasaje de hoy?  El pasaje nos
habla de aquellos que han decidido servir. 
Aquellos que han tomado la cruz y seguido los pasos del Maestro.  Sin importar que sus deseos pidan otra cosa,
ellos han preferido seguir el camino que ha trazado Cristo.  Sin embargo, es necesario que reciban aliento
y eso es precisamente lo que vemos en este pasaje y es lo mismo que quiero
transmitirte hoy.  Ánimo.  Aliento. 
Consuelo.  Paz.  Confirmación que estás en la dirección
correcta.  Dice el pasaje: deseamos que cada uno de ustedes siga
mostrando ese mismo empeño hasta la realización final y completa de su
esperanza.  Esto quiere decir hasta
que mueran o Dios venga.  ¿Te das
cuenta?  Ese paso de fe a acción cuesta
trabajo pero no termina ahí.  Debemos
seguir escalón tras escalón y habrá días o situaciones en las que simplemente
queramos tirar la toalla.  Habrá momentos
en los que ya no puedas más y pienses que nada tiene sentido y la idea de hacer
las cosas a tu manera te estará rondando una y otra vez.  ¡No caigas! 
Dios no se ha olvidado de ti ni está lejos.  Está a tu lado.  Viendo cómo creces espiritualmente y
gozándose cuando trabajas para su obra. 
¿No me crees?  El pasaje lo
confirma: Dios no es injusto para
olvidarse de las obras que hacen para su gloria.  
Tal vez el día de hoy
necesitas palabras de aliento y Dios te las está dando.  Ánimo. 
Él ha vencido al mundo.  Él ha
roto las cadenas que te ataban al pecado y ha traído luz y esperanza a tu vida.  Acude a Él. 
Refúgiate en Él.  Recuerda que Él
es la roca y el fundamento sólido.  Él da
sentido a nuestra vida y nos permite seguir adelante.  Sin importar lo que venga.  Sin importar que nada cambie.  Él nos lleva y guarda.  Él nos llena de su amor y de la paz que en
este mundo no podemos encontrar.
Oración
Señor y Padre:
gracias.  Solamente tú puedes dar sentido
a mi vida cuando todo parece estar de cabeza. 
Solamente tú eres roca y fundamento firme cuando nada permanece.  Yo te amo y quiero servirte.  Te pido me llenes de tu fuerza, me llenes de
ánimo y deseo por seguirte y no perecer pues en ocasiones soy débil.  No permitas que caiga y me aparte de Ti.  Te pido me llenes de tu amor y de tu perdón y
que lo pueda transmitir a mi prójimo sin importar lo que ellos me hagan.  Crece en mí mi Señor.  En Cristo Jesús.  Amén 

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