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15 ago 2016

Salmos 29:7-9 La voz de Jehová lanza ráfagas de fuego; la voz de Jehová sacude el desierto; el Señor sacude al desierto de Cades. La voz del Señor retuerce los robles y deja desnudos los bosques; en su templo todos gritan: ¡Gloria!

La presencia de Jehová es tan impresionante que cada vez que Moisés subía al monte y escuchaba las instrucciones de Jehová, cuando regresaba al pueblo tenía un brillo en su cara.  Imagina por un momento esta escena.  Simplemente por estar en presencia de Dios su cara resplandecía.  ¿Sabes?  Podemos pensar que literalmente cuando Dios habla sale fuego de su voz y se sacuden los desiertos, sin embargo, aunque no dudo ni un segundo que todo esto sucede cuando Jehová lo decide, pienso que el objetivo primordial es hacernos entender cuan fácil se derrumban nuestras murallas ante su voz.  Tu secreto más íntimo y mejor guardado sale a la luz con las ráfagas de fuego que salen de su boca.  Tu rencor que has guardado por años y años e incluso te aferras a que no salga, la voz de Jehová sacude ese rencor fácilmente.  Toda la estabilidad que le has querido dar a tu vida en un instante Dios la retuerce y nos deja desnudos.  ¿Para qué?  ¿Para qué permite Dios estos eventos?  ¿Por qué en ocasiones actúa tan fuerte el Señor?  Simple.  Para que aprendamos a darle la gloria que se merece.  La voz de Jehová la encontramos en la biblia.  Cada palabra fue inspirada por Él.  Cuando lees la biblia, cada pasaje va abriendo tu entendimiento y derribando tus barreras.  Mientras que uno quiere aferrarse a su enojo, coraje o resentimiento, Dios te perdona una y otra vez y te pide que hagas lo mismo.  Mientras uno busca estabilidad en el dinero, Dios nos arrebata todo en un instante y nos recuerda que todo le pertenece y quiere tener cuidado especial de ti y de mí.  Cuando pensamos que las cosas nos pertenecen, Dios sacude todo nuestro piso recordándonos que nunca decidimos cuándo estar enfermos ni tampoco cuánto tiempo vamos a estar aquí.  La biblia es extremadamente perfecta.  La biblia es la voz de Jehová, por consecuencia, la biblia es la que echa ráfagas de fuego directo a tu corazón.  La biblia es la que sacude y hace temblar todo tu ser.  La biblia es la que te deja desnudo frente a Dios y solo quedan tu pecado, tú y Él.  ¿Qué vas a hacer?  ¿Seguir tu camino?  ¿Darle la espalda?  Yo te recomiendo que te humilles y le des la gloria que se merece.
Lee la biblia y estúdiala.  Lee libros de autores como John Mcarthur, Charles Swindol, Rick Warren, Lee Strobel, Philip Yancey.  Todo esto te va a ayudar a tener un mejor entendimiento de lo increíble que es la palabra de Dios y podrás convertir esas ráfagas de fuego, esos temblores y sacudidas en algo que transformará tu forma de vivir.  Renovarás tu mente.  Renovarás tu entendimiento.  Renovarás tu perspectiva de las cosas.  Pero tienes que escucharla.  Tienes que leerla.  De lo contrario, no hay forma que puedas experimentarla.

Oración

Padre: gracias por dejarnos tu palabra disponible para escucharte.  Gracias porque hoy entiendo que tu voz sacude todo mi ser y me deja desnudo ante Ti para poder reconocerte y darte toda la gloria.  Perdona mis pecados.  Te pido que la sangre de Cristo me limpie y reconcilie contigo.  Transforma mi vida.  En Cristo Jesús.  Amén.

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