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31 ene 2017

Salmos 33:4 La palabra del Señor es justa, fieles son todas sus obras.

El hecho de que no entendamos algo no quiere decir que está mal.  Si yo no entiendo cómo, matemáticamente, funciona la gravedad, no quiere decir que la ecuación esté mal o que no exista.  Lo mismo aplica para la biblia.  Aunque parezca un poco obvio o tonto el ejemplo, muchas veces escucho personas que tratan de minimizar la palabra porque algo no les hace sentido.  Estas personas acuden al antiguo testamento y utilizan leyes que existían para cuestionar la veracidad de Dios y su palabra.  Otras piensan que pueden cambiar el significado del mensaje y decir que Cristo no es Dios “porque nunca lo confiesa”.  Hay que leer un poco para poder entender cuántas veces Jesús lo dijo.  Otros discuten si existe o no el cielo y por qué Dios va a mandar a gente al infierno.  ¿A dónde quiero llegar con esto?  A que a nosotros no nos corresponde hacer que la gente cambie de opinión.  Te lo repito.  No es nuestro trabajo convencer a nadie.  Hay algunos que piensan lo contrario pero no está bien.  Nuestra labor es compartir el evangelio.  Decirle a la gente que la palabra de Dios es justa.  No nosotros.  No nuestras acciones.  No nuestras ideas o interpretaciones.  La palabra de Dios solamente.  Habrá gente que no le guste.  Gente que buscará discutir y tratar de encontrar fallas.  A nosotros nos corresponde explicar su perfección.  Juan capítulo 1 dice: en el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.  todas las cosas por Él fueron hechas.  En Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres.
Dios es quién ha establecido las reglas y parámetros a seguir.  Nosotros no.  Dios nos creó.  Nosotros nunca opinamos sobre el día que naceríamos o la familia en la que habríamos de formar parte.  ¿Quieres tomar buenas decisiones?  Acude a la biblia.  ¿Quieres ser un buen cónyuge, padre (madre) o hijo?  Lee la biblia.  ¿Quieres tener éxito en tu vida y vivir plenamente?  Lee la biblia.  Habrá ocasiones en las que te cueste trabajo aceptar lo que dice y el principio a seguir, sin embargo, esto no quiere decir que deje de ser justa y verdadera.  Personalmente he vivido lo difícil que es obedecer para posteriormente disfrutar de la bendición que resulta de haber obedecido.  La decisión de confiar que su palabra es justa, viva y eficaz.  Cuando leo el pasaje de hoy, simplemente recuerdo en todas las ocasiones en las que, confiar en la palabra, entender que es justa y perfecta, me llevan a un mejor lugar que el que estaba.  De un enojo, rencor y coraje, termino en un lugar de paz y esperanza.  De un lugar oscuro, triste y sin dirección, termino en una montaña con el sol brillando con su máximo esplendor.  No.  No son buenas intenciones.  No son ideas mías.  Es la palabra de Dios que es justa.
Hoy quiero decirte que la palabra de Dios es atacada todos los días.  No exagero.  Todos los días la gente quiere negarla, quitarla y prohibirla.  A nosotros nos corresponde mantenernos firmes y confiar en ella.  No te dejes confundir.  No dejes que los ataques nublen tu visión.  Cada día, aunque sea por unos minutos, lee.  Un pasaje.  Un capítulo.  Hazlo todos los días por una semana.  Luego un mes y luego hazlo una costumbre de todos los días.  En menos de lo que te imaginas, ya habrás leído la biblia completa y tu vida no será la misma.

Oración

Padre: te pido porque pueda entender tu palabra y tu mensaje.  No quiero vivir confundido pensando que tu palabra no es perfecta o que tus mandamientos son injustos.  Quiero dirigir mi vida conforme a tu voluntad.  Perdona mis pecados y alumbra mi camino.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén