Vistas de página en total

2 nov 2011

Hechos 16:6-8


Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia.  Cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.  Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas.



Es difícil explicar en pocas palabras cómo trabaja el Espíritu Santo y por ello quiero enfocarme principalmente en el efecto que tuvo su intervención.
Había un plan: ir a la provincia de Asia.  El Espíritu dice que no y tienen que cambiar sus planes.  Tenían otro plan: pasar por Bitinia.  El Espíritu nuevamente dice que no.  ¿Cuántas veces has querido llevar a cabo un plan y simplemente no se puede?  Pensabas que sería sencillo.  No tendría por qué tener complicaciones.  Todo está arreglado y listo.  En el momento en que intentas llevarlo a cabo, todo aquello que no imaginaste que podría pasar comienza a tomar acción.  Para mí, esta es una de las formas en las que Dios nos está diciendo que por ahí no va su voluntad o que el tiempo y la forma no son los correctos.  No quiere decir que debemos dejar de planear.  Lo único que debemos hacer, es entender que todo, absolutamente todo, está sujeto a su aprobación.  Recuerdo hace varios años el momento en el que surgió la idea de ir a la cárcel para compartir a Cristo con los presos.  Rápidamente teníamos varias ideas y cómo llevarlas a cabo.  Lo pusimos en oración y comenzamos nuestro plan.  Prácticamente todas nuestras ideas se derrumbaron en poco tiempo.  Lo increíble fue ver que Dios tenía otra forma de llevarnos a la cárcel.  En sus términos.  En sus planes.  Finalmente, por un camino que ninguno de nosotros imaginó, nos encontramos formando un ministerio en el reclusorio sur.  ¿Increíble cierto?
Dios puede estar frenando muchos de tus proyectos el día de hoy y tú ni te has dado cuenta.  Tal vez estás tan encerrado y enfocado en lo que tú quieres que no te has percatado que no es la voluntad de Dios.  Nos pasa a todos.  Te envuelves tanto en una idea, un proyecto, una persona o un deseo que te olvidas totalmente del Señor.  Incluso, puedes involucrar a Dios pero pidiendo porque te ayude a lograr cumplir con tu objetivo.  ¿Te das cuenta?  Eso no es seguir a Jesús. 
Los discípulos tuvieron que cambiar la trayectoria de sus misiones porque estaban atentos a lo que Dios mostraba.  Si se abría camino por la izquierda iban por ahí.  Si la derecha se cerraba, daban la vuelta a pesar de que significara caminar más y por un lugar menos placentero.  Esto es obediencia.  Esto es seguir a Jesús.  No pongas en duda el plan de Dios solamente porque significa mayor esfuerzo o porque parece no ser el óptimo o más eficiente.  Recuerda que Dios quiere trabajar con tu corazón y en esa área, cualquier plan que tenga, siempre será el más eficiente y el más óptimo.  Analiza tus planes.  Date cuenta de tus intenciones.  ¿Dónde está tu corazón?  ¿Dónde están tus deseos?  ¿Estás escuchando la voluntad de Dios?  Medítalo.  No dejes que pase el tiempo sin poner en una balanza todo lo que traes en mente.

Oración
Señor y Padre: cuántas gracias te doy por darle sentido a mi vida.  Te pido que pueda ser sabio para entender en dónde estás cerrando puertas y en dónde las estás abriendo.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

No hay comentarios: