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28 ene 2013

Filipenses 2:9-11


Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre.



Haciendo un poco de memoria, Cristo se humilló hasta la muerte y ¡Muerte de cruz!  La peor forma de morir que existía en su tiempo.  Pero ese sufrimiento y esa humillación tuvieron su recompensa: Dios lo exaltó hasta lo sumo y su nombre está sobre todo nombre.  Toda rodilla se dobla ante Él y toda lengua lo confiesa.
¿Por qué murió Jesús de esa manera?  ¿Por qué vivió así?  ¿Por qué nació donde nació?  ¿Por qué su vida fue así?  A veces leemos la biblia y, como una novela  histórica, simplemente nos enteramos de lo que pasó.  Debes cuestionarte el por qué de los eventos.  Todo tiene una razón de ser pero sobretodo una enseñanza.  ¿Por qué Dios no vino como rey?  ¿Por qué no vino con riquezas?  ¿Por qué no vino con fama?  ¿Por qué?  Suficiente tenía con haber dejado de ser Dios como para humillarse más.  Actualmente hay empresas que pagan mucho dinero a aquellos que van a trabajar a lugares problemáticos como Irak.  Pues si nosotros damos “bonos” por ir a sufrir, cómo es posible que nuestro Señor no recibió ningún trato especial por venir al mundo y hacerse hombre.  ¿La respuesta?  Justamente para enseñarnos lo que es y lo que no es.  Para que aprendamos a distinguir entre aquello que tiene valor y lo que no.  Aquello que brilla y parece oro contra el verdadero oro: la recompensa en el cielo, la reconciliación y comunión con Dios Padre y la renovación del Espíritu entre otras cosas.  Este mundo nos confunde.  Nos engaña.  Nos seduce.  Nos hace pensar que necesitamos esto o aquello.  Nos hace perseguir sueños que finalmente nos destruyen.   Nos hace valorar aquello que no sirve o es efímero y fugaz mientras que al mismo tiempo nos dice que debemos desechar la vida de un hombre que se humilló hasta la muerte y que después fue exaltado.  Un gran hombre, le llaman.  Un gran ejemplo.  Error.  Es Dios hecho hombre y se llama Señor, Salvador, El Creador y El Todopoderoso.  Jesús nació, vivió y murió así para que entiendas que esta vida es pasajera y no tiene sentido dedicarse a buscar bienestar y placer para la carne sino todo lo contrario, debemos buscar crecer en el espíritu y glorificar al Señor con nuestras obras.  Por eso nos dice Jesús que debemos negarnos a nosotros mismos y tomar su cruz.  Deja de pensar en ti.  Deja de pensar que necesitas esto o aquello.  Deja de querer que todo gire alrededor de ti.  Deja de quejarte.  Deja de criticar.  Deja de juzgar.  Mejor aprende a humillarte como lo hizo Cristo.  ¿Hasta dónde?  Hasta la muerte.  Aprende a amar y a perdonar.  ¿Hasta dónde?  Con tu vida entera en servicio al Señor.  Es difícil.  Mejor dicho, es muy difícil.  Sin embargo, Cristo nos dejó el ejemplo.  No para que suframos ni pasemos un mal rato, ¡Al contrario!  Nos dejó la enseñanza no solo para que tengamos recompensa en el cielo sino para que vivamos mejor en la tierra.  
La vida no termina en este mundo.  Tenemos recompensa en el cielo y en lugar de crecerla tal vez estás buscando ese “bono” que esta vida te puede ofrecer.  La verdad es que es momento de aprender que el orgullo entorpece nuestra comunión con el Señor.  Es tiempo de madurar y reconocer que la recompensa de Dios es la mejor  recompensa.  Es tiempo de decidir si realmente quieres obedecer al Señor o quieres hacer tu voluntad.  La humillación solamente llega cuando entiendes que tu vida es para servir y dar gloria a Dios sabiendo que Él será quien se encargue de cuidarte y darte lo que necesites.  ¿Qué piensas?  ¿En quién y en qué vas a confiar?  

Oración
Padre: gracias por tu sacrificio y tu humillación hasta la muerte.  No la merezco y sin embargo tu amor fue tan grande que hoy me permites reconciliarme contigo.  Gracias.  Te pido me perdones y sobre todo que transformes mi vida.  Quiero aprender a vivir conforme el ejemplo de Cristo.  Quiero hacer recompensas en el cielo y servirte aquí en la tierra.  Quiero dejar mi orgullo atrás y aprender a humillarme hasta la muerte sabiendo que esto te da gloria.  Ayúdame a entender tus prioridades pues quiero que sean siempre mis prioridades.  Mis deseos quiero que sean tus deseos.  Te lo pido Padre en el nombre de Cristo Jesús.  Amén 

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Muuyy bello, :3 Dtb

Un Tiempo con Dios dijo...

Muchas gracias. Por favor no dudes en compartirlo.

Unknown dijo...

que bueno es Dios ....yle ruego que me ayude a vivir de acuerdo a su voluntad....

Unknown dijo...

Exelente

Anónimo dijo...

4 de Octubre 2021
Gracias por ayudarme a comprender aún mas el gran amor de DIOS por mí, al enviar a su hijo Jesucristo para darme Salvación, por medio de su bendita gracia. Nunca lo mereceré pero en ÉL tengo toda mi esperanza. Y mi vida depende totalmente de Él. Y reconozco que tengo una gran responsabilidad y un compromiso muy grande de servirle y obedecer su mandato en (Marcos 16:15)
DIOS le Bendiga.

Un Tiempo con Dios dijo...

¡Amén!
Gracias por sus comentarios.

Unknown dijo...

MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR LA EXPLICACION !!! MUCHAS BENDICIONES