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4 mar 2009

Mateo 20:25-26

Jesús los llamó y les dijo: como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor.




¿Cuántas quejas escuchas sobre los gobernantes? ¿Cuántas noticias se escuchan sobre abuso de autoridad, opresión, enriquecimiento ilícito, etc.? Desafortunadamente, abundan estas historias. Hace más de dos mil años, el ser humano tenía los mismos defectos que tenemos ahora. Las formas han cambiado, pero la esencia del pecado es la misma.
Este pasaje enseña en sobremanera sobre la conducta que debemos tener aquellos que seguimos a Jesús. De hecho, si pones atención, te puedes dar cuenta que estas palabras no las está dirigiendo al público en general, sino está haciendo una separación entre lo que están acostumbrados a ver y lo que quiero que hagan mis discípulos.
Todos aquellos que trabajamos, conocemos perfectamente cómo funcionan las jerarquías. Los organigramas son una pirámide en la que todos los que se encuentran abajo sirven al que está arriba. En los gobiernos pasa lo mismo, se tiene una base general (el pueblo) y se van subiendo los escalones con los “representantes” hasta llegar normalmente a un número muy reducido de personas quienes toman las decisiones últimas.
Este mandamiento viene de la petición de la madre de Jacobo y Juan a Jesús para que los pusiera a su derecha e izquierda en su reino. No importa si eran discípulos de Jesús, no importa si llevas toda tu vida siguiendo a Cristo, siempre van a existir áreas por trabajar en tu vida, y una de las más importantes es el servicio.
Al que quiera ser grande que sea el primero en servir. ¿Quieres ser grande? ¡Aprende a servir! Nos encanta crecer para ser servidos… eso es lo que nos han enseñado desde siempre. Hoy quiero animarte a reflexionar sobre tus deseos de crecimiento. Puedes crecer en tu trabajo, en tu iglesia y en cualquier otro tipo de actividad, pero en cada una de ellas, debes tener muy claro si estás creciendo por tu propia voluntad para ser servido o estás buscando dar testimonio de que eres seguidor de Jesús y has crecido para servir.
La humildad no llega fácilmente por sí sola. Se trabaja constantemente. Si tienes alguna posición de liderazgo, te invito a que le des gracias a Dios por ella y comiences a servir a los que están debajo de ti. Te invito a que cualquier actividad que realices en tu vida, tengas presente el servir como un buen imitador de Cristo.

Oración
Padre: perdona que no me haya preocupado por servir sino por ser servido. Cambia mi corazón para poder ser de utilidad para Ti y ser una persona que de testimonio de Ti sirviendo en todo momento. Te pido que quites de mi el orgullo que estorba para poder servir y todas las ideas con las que he crecido que no aceptan el servicio como algo bueno. Me entrego a Ti Señor en el nombre de Jesús.


Amén

1 comentario:

Anónimo dijo...

excelente reflexión