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5 mar 2009

Mateo 21:12-13

Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas. Escrito está, les dijo, mi casa será llamada casa de oración, pero ustedes la están convirtiendo en cueva de ladrones.



¿Por qué se puso a tirar las mesas y echar fuera a los que estaban allí? En el Antiguo Testamento estaba escrito que se tenían que hacer sacrificios para perdón de pecados y había ocasiones en las que era necesario comprar palomas o ciertos animales para que fueran sacrificados. ¿Por qué se enoja tanto Jesús? Algunos historiadores narran que los sacrificios se convirtieron en un gran negocio. Como todo negocio, había personas sin ética y se aprovechaban de las personas que acudían al templo para comprar su ofrenda y sacrificio. Por ejemplo, se dice que había cierta conexión entre los sacerdotes y los mercaderes al no aceptar a los animales que traían argumentando que no eran perfectos como lo pedía Dios y que era necesario que fueran y compraran otro con quienes estaban coludidos. La Biblia no nos da mucho detalle para conocer lo que más enfureció a Jesús, pero lo que sí sabemos es que nuestro Señor tiene conocimiento pleno de lo que hay en nuestros corazones y pudo fácilmente reconocer las faltas que estaban cometiendo en su nombre.
Este pasaje no es para que se quede en la historia. Hoy en día debes estar atento a lo que sucede en las congregaciones. Hace unos meses me llegó un correo electrónico con fotografías de la casa de un supuesto pastor. No tenían nada que las respaldara oficialmente, pero el hecho de que estén circulando es porque probablemente algo tendrá esa persona que le puedan reclamar.
He visto también eventos similares con la venta de artículos para oración u ofrendas como las velas. En algunos templos tienen velas a la venta para “hacer peticiones” o no sé exactamente para qué sirvan, lo que me sorprendió es que existen de diferentes tamaños y obviamente con ello de diferentes precios. Esto querría decir que aquél que compra la más grande ¿mayor probabilidad tiene de ser escuchado?
Si bien, los líderes deben estar al pendiente de las congregaciones, es nuestro deber como participantes de cuidar nuestros grupos de aquellos que busquen desviarlos de su propósito original: alabar a Dios. No se trata de criticar a aquellos que tienen errores, sino de animarnos a nosotros como congregantes a estar alerta de las fallas que puedan surgir en nuestras congregaciones. Debemos estar sumamente atentos a que siempre se predique la Palabra de Dios y se actúe conforme a ella.

Oración
Padre: te pido perdón por mis pecados y me limpies para poder tener comunión contigo. Guíame para seguir tu camino y no salirme de él, además te pido que pongas en mí discernimiento para estar al pendiente de que tu Palabra sea la que se predique y cumpla en mi congregación, también te pido porque me llenes de amor para con ella y entienda que tengo un compromiso también como participante. En Cristo Jesús te lo pido.
Amén.

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