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2 mar 2009

NVI- Mateo 19:27

¡Mira, nosotros lo hemos dejado todo por seguirte! Le reclamó Pedro. ¿Y qué ganamos con eso?



Esta pregunta que hace Pedro, entra en un contexto, en el cual, Jesús les acaba de decir que será muy difícil que los ricos entren en el reino de los cielos (por lo que pasó con el joven rico) y agrega diciendo que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino. Los discípulos y la gente que se encontraba alrededor quedaron desconcertados y comienzan a preguntarse (con toda razón) y entonces ¿quién puede ir al cielo? En ese entonces y probablemente en la actualidad también pase, se pensaba que la gente rica, al tener mejores contactos con los líderes espirituales y al poder realizar aportaciones mayores serían los “privilegiados” para ir al cielo. Por esta razón, Jesús rompe el paradigma y frena la mala costumbre de ver lo material o lo físico para que entendamos que Dios ve lo interno del corazón y los pensamientos.
Pero Pedro va más allá de estos pensamientos y se cuestiona (a mi parecer correctamente) lo que está haciendo y el propósito que tiene. ¿Y qué ganamos con esto? No se trata de ser avaricioso o querer siempre algo a cambio para realizar una actividad. Pero pongámonos en los zapatos de Pedro por un momento. ¡Entregó su vida entera! El tenía su negocio próspero en la pesca. No necesitaba una nueva profesión y seguramente se sentía contento con lo que tenía. Si tú no te has hecho esta pregunta, te animo a que en este momento la hagas: ¿y yo que recibo por seguir a Cristo? Jesús no quiere que lo sigamos simplemente por ser borregos, por imitar a los demás, para quedar bien con la gente, para sentirnos buenos, para tratar de calmar nuestros malos hábitos. Jesús, como he dicho anteriormente, vino a reconciliarnos con Dios y quiere que tengamos una relación directa con el Padre quien a su vez tiene un propósito especial para cada uno de los que lo seguimos. Imagina que ahora Jesús te pide que dejes todo lo que haces y lo sigas como en el caso de Pedro. ¿No te preguntarías lo mismo? ¿Te das cuenta que la pregunta tiene sentido? Pedro simplemente estaba pensando: entiendo que mi vida ha tomado sentido aquí en la tierra por seguirte Jesús, ¿pero qué va a pasar cuando muera? Yo quiero ir al reino de los cielos contigo.
Jesús contestó diciendo que aquél que haya dejado casas, familia, trabajo, etc., recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. ¡Qué mejor recompensa que la vida eterna a lado de Dios! No te sientas mal de cuestionar lo que haces. Cuando tengas dudas, acude a la Biblia. Pedro dudó y acudió a Jesús.

Oración
Padre: gracias por mostrarme tus planes y además de darle sentido a mi vida en la tierra, me das seguridad de que al morir tendré vida eterna y podré estar contigo en tu reino. Ayúdame a entender que al entregarte mi vida, Tú tienes cuidado absoluto de mí y además tiene un sentido agradable a Ti el hacerlo. Guíame siempre Señor en el nombre de Jesús
Amén

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