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18 mar 2009

NVI- Mateo 21:31b-32

Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios. Porque Juan fue enviado a ustedes a señalarles el camino de la justicia, y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. E incluso después de ver esto, ustedes no se arrepintieron para creerle.


Jesús estaba explicando una parábola de dos hijos en la cual, el padre les pide que vayan a trabajar al viñedo: el primero dice que no irá pero al arrepentirse va, mientras el segundo dice que irá pero nunca va. ¿Qué quiere decir esto para ti y para mí? ¿Cómo se aplica este pasaje en la actualidad?
Mientras leía este pasaje, me sorprendió la fuerza con la que Jesús habló y nos habla sobre la hipocresía y el falso concepto de uno mismo. Los recaudadores de impuestos eran personas sumamente odiadas o vistas como traidores por el pueblo judío pues trabajaban para Roma y muchas veces cometían injusticias junto con corruptelas hacia su propio pueblo. Con respecto a las prostitutas, no creo que sea necesario aclarar el por qué de su mala fama…
Este es un llamamiento a cada uno de nosotros para entender nuestro propio pecado, nuestras propias faltas y nuestra necesidad de ser perdonados al igual que cualquier otro pecador. Necesitas la misma misericordia que aquellos a los que consideras “peores” que tú. Si bien, hay pecados con diferentes consecuencias, el pecado en sí, te separa de Dios.
En los tiempos del pasaje, los judíos veían con desdén a los recaudadores de impuestos y a las prostitutas, por ello, cuando Jesús les dijo estas palabras, quedaron sin ningún argumento a su favor para seguir sintiéndose “buenas personas”. Su pecado quedó expuesto en la totalidad y entendieron que sus parámetros de bueno o malo, no son los que utiliza Dios. Ten cuidado de no sentirte “menos pecador” que otra persona, ten cuidado de no juzgar a tu prójimo sino ora por él y por sus faltas, ten cuidado de pensar que Dios no necesita perdonarte mucho como a otros que conoces. Ten cuidado de menospreciar la misericordia tan grande que tiene Dios contigo. Eres pecador. Esta es nuestra naturaleza caída. Gracias al amor, misericordia y sacrificio de Jesús puedes tener relación con el Señor, no por ningún mérito propio.
Por último quiero resaltar que el segundo hijo dice que obedecerá y no lo hace, mientras el primero se arrepiente y sí lo hace. Hoy en día, muchos piensan que pueden hacer lo mismo con Dios. Saben que deben obedecer, dicen que sí pero al momento de actuar prefieren no hacer nada. Piensan que pueden posponer su obediencia o que no es el momento para cambiar su vida. Ten cuidado de no caer en esta situación pues tienes una gran probabilidad de nunca hacerlo. No dejes pasar más tiempo y reconcíliate con Dios. Reconoce tus faltas y comienza una vida distinta, una vida plena y con propósito.

Oración
Señor: me arrepiento de mis pecados. Perdona mi soberbia y juicios contra otros pues pensaba que era mejor que ellos. Te pido que pueda entender tu misericordia hacia mí y vivir agradecido siempre. Gracias por mostrarme mis errores con tanto amor y permite que viva una vida diferente. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

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