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18 abr 2011

Hechos 9:17-19

Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado. Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.



Aunque nosotros no podemos ver más allá de lo que pasa frente a nuestros ojos, Dios tiene una perspectiva mucho mayor y no solamente ve lo que pasa con nosotros sino con todo el mundo. Él puede acomodar infinidad de piezas que se irán acomodando conforme a su voluntad y en nosotros está el confiar y tener fe que Él se encarga. Ananías no sabía que Saulo había tenido ese encuentro con Jesús. No tenía conocimiento de lo que Saulo haría o cómo reaccionaría en el momento en que él llegara. Tampoco sabía que Saulo posteriormente sería uno de los pilares del cristianismo. Por ello, cuando Dios le pide que vaya le cuesta trabajo entender el motivo. ¡Piénsalo! Ananías es como tú y como yo. Humano. Con dudas y temores. Pero Dios es Dios. Perfecto. Todopoderoso. Amor. Por eso sus planes toman forma conforme se desarrollan y los entendemos hasta que podemos conectar punto por punto y vemos el resultado. ¿Entiendes la importancia de creer y confiar en Él? Nos dice la biblia que Ananías confió en Dios y obedeció. Le entregó su vida a Dios sabiendo que al ir y encontrarse con Saulo podría ser una situación de vida o muerte. Al llegar a la casa donde se encontraba Saulo, inmediatamente vio que el plan de Dios era perfecto pues ahí estaba él sin poder ver y estaban esperándolo.
¿Cómo trabaja Ananías? Ananías en esta ocasión nos muestra algo sumamente importante que debemos realizar cuando queremos trabajar para Dios. El Señor Jesús me ha enviado dice Ananías. Así es como trabajamos para Jesús. Dándole todo el reconocimiento a Él. Apuntando las luces hacia Él y dejando claro que es gracias a Él por quien estamos ahí. He visto cómo las personas se reúnen para ayudar gente de la calle y darles alimento y esperan que el amor que se muestra al compartir y ser generosos con ellos sea el ejemplo de Cristo. Está bien. No niego que pueda serlo, pero nuestro objetivo no es ayudar sino compartir el evangelio y hacer discípulos. ¿Cómo hacemos esto sin hablar de Jesús? ¿Cómo lo logramos sin anunciar que venimos de Su parte? Dios nos ha colocado en una ciudad y colonia en específico, y no solo eso, te puso en una familia y un núcleo especial porque tiene planes únicos para ti. Así puso a Ananías en su encuentro con Saulo y así quiere ponerte para muchos encuentros.
Saulo recuperó la vista, se bautizó y tomando alimento se recuperó y se quedó con los discípulos. Seamos así con la gente que ha escuchado de Dios. Pasemos tiempo con ellos. Compartamos comidas. Ayudémosles. Enseñemos que Dios quiere reconciliarse con ellos y que tiene grandes cosas. Confiemos en Aquél que todo lo puede y que nos ama.

Oración
Señor: quiero vivir confiado sabiendo que tus planes son perfectos y que ves más allá de lo que yo puedo ver o pensar. Ayúdame a compartir de tu palabra y siempre anunciar tu nombre como lo hizo Ananías. Permite que mi vida sea de servicio para Ti, en Cristo Jesús te lo pido. Amén

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