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23 abr 2012

Hechos 22:12-16


Vino a verme un tal Ananías, hombre devoto que observaba la ley y a quien respetaban mucho los judíos que allí vivían.  Se puso a mi lado y me dijo: "Hermano Saulo, ¡recibe la vista!" Y en aquel mismo instante recobré la vista y pude verlo.  Luego dijo: "El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas las palabras de su boca.  Tú le serás testigo ante toda persona de lo que has visto y oído.  Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre." 


Sin que Pablo supiera o siquiera tuviera una pequeña idea de lo que sucedería, el Señor ya se había encargado de hablar con Ananías y le había instruido que fuera en busca de Pablo y lo guiara en sus primeros pasos como seguidor de Cristo.  Por ejemplos como este, debemos recordar que la esperanza y la fe en nuestro Dios nunca debe desaparecer.  Sí, los problemas pueden ser muchos, las enfermedades sumamente devastadoras, y toda la lista de problemas que se te pueden ocurrir son lo suficientemente fuertes para dejarnos sin respiro ni esperanza, pero nuestro Dios, tiene su plan.  Además, recuerda que Él está de tu lado.  Él puede traer, de distintas formas, a los Ananías a tu vida y te permiten recobrar la vista como lo hicieron con Pablo.  ¿De dónde vinieron?  ¿Cómo pasó?  ¿Cómo se solucionó?  Solo Dios lo sabe.  ¿Lo puedes ver?  Pablo no sabía lo que sucedería en Damasco.  Estaba ciego.  Pero aún así, decidió ir y el Señor se encargó de arreglar todo para que no hubiera problemas.  
Necesitamos más Ananías en este mundo.  ¿Qué características tienen estas personas?  Ponen primero la voluntad del Señor por encima de la propia.  Ananías confió en que Dios lo protegería de este hombre malvado con reputación implacable que perseguía ferozmente a los cristianos.  ¡Imagina por un instante lo que pasó por su mente cuando le pidieron que fuera a encontrarse con Saulo!  Personas que piensan en el amor al prójimo por encima del amor a uno mismo.  Ananías puso su vida en peligro al ir con Pablo.  ¿Qué estás haciendo por tu prójimo?  Servir a nuestro prójimo es servir a Jehová (1a Corintios 10:24).  A veces representa una actividad sencilla mientras que en otras significa un cambio fundamental en tu forma de vivir y de pensar.  Definitivamente necesitamos más personas que se entreguen por su prójimo.  Ahora, a los que hemos decidido seguir a Jesús no tenemos opción, nos corresponde amar a nuestro prójimo como uno de nuestros principales mandamientos a seguir.  Ojo, no amar a tu familia ni a los que te caen bien, el mismo Jesús dijo, ¿qué mérito tiene amar a los que nos aman?   Amar a nuestro prójimo es realmente transformador.  Gandhi utilizó este concepto y logró la independencia de un país sin necesitar armas.  Si una persona que no cree en Cristo como su salvador pudo entender el poder de su mensaje, ¿por qué nosotros que creemos en Él y lo hemos hecho nuestro Señor no tomamos su mensaje como pan de cada día?  Sí, nos acordamos un día y luego otro día, pero la vida en Cristo debe ser cada segundo.  Meditar en su palabra de día y de noche nos dice la Biblia.
Me parece que esta escena entre Pablo y Ananías nos recuerdan dos puntos principales en nuestro caminar en Jesús: el primero se basa en el amor a nuestro prójimo y el segundo en confiar que el Señor manda a Su tiempo a los Ananías para recordarnos que tiene un plan a pesar de que no veamos por dónde puedan cambiar las cosas.
Oración
Padre: perdona mi incredulidad.  Perdona que te cuestione e incluso que te reclame.  Hoy entiendo que estás trabajando y no puedo ver todo lo que se está moviendo.  Te pido que pueda tener paz y consuelo.  Te pido que pueda entender que en Tu tiempo y en Tu forma, traerás a los Ananías a mi vida y podré entender tus planes.  Te pido que mi fe no se desvanezca.  Te pido que pueda aprender a amar a mi prójimo y que se convierta en un deseo de todos los días.  Yo sé que debo cambiar.  Heme aquí mi Dios.  Transfórmame.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén 

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