Vistas de página en total

19 feb 2013

Filipenses 3:4-7


Yo mismo tengo motivos para tal confianza.  Si cualquier otro cree tener motivos para confiar en esfuerzos humanos, yo más: circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanta a la justicia que la ley exige, intachable.  Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo.  



Prácticamente es la lista del hombre perfecto.  Cumplió con cada detalle que se exigía.  De hecho, no solo cumplió sino que excedió lo que normalmente hacían los demás.  Pero al conocer a Cristo toda su perspectiva es transformada y por ello dice: todo eso que antes consideraba importante y de orgullo, ahora lo considero como pérdida y de poco valor.  Es como si un empresario dijera, toda mi educación en las mejores escuelas, todo el éxito de mis negocios, no tiene sentido ni valor.  Imagina a un artista diciendo: toda esa fama y todo lo que he hecho ahora entiendo que no son lo más importante en mi vida.  Ahora aplícalo a tu vida.  ¿Cuántas cosas has hecho?  ¿Cuánto tiempo has dedicado a aquello que considerabas importante y prioridad para tu vida?  Hoy Dios te está enfrentando y enseñando que no tiene el valor que pensabas.  Hoy el Señor quiere mostrarte que tu corazón está en el lugar incorrecto y tus deseos no son Sus deseos.  Quiere que aprendas a discernir entre lo que tiene valor de lo que no.  Quiere que puedas abrir los ojos y darte cuenta que toda esa lista de cosas que pensabas podías estar orgulloso, realmente, en la perspectiva espiritual, carecen de valor.  Las palabras de Pablo se leen fácil pero es extremadamente difícil decirlas.  ¡Piénsalo!  ¡Qué difícil reconocer que hemos cometido errores!  Qué difícil aceptar que gran parte de tu vida la has desperdiciado por estar concentrado en satisfacer tus deseos sin entender que eso no tiene valor en el cielo y mucho menos trae bendición y felicidad duraderos a tu vida.  ¿Alguna vez te has cuestionado por qué siempre quieres más?  ¿Te has preguntado por qué sigues inconforme?  ¿Te has preguntado por qué no tienes paz y gozo?  Porque solamente el Señor puede llenar tu vida.  Para Pablo, ni la religión siendo fariseo, ni la nacionalidad, ni su profesión ni su entrega a la justicia pudieron darle una vida plena.  Por eso siempre siguió buscando fervientemente hasta que tuvo su encuentro con Jesucristo.  Cuesta trabajo pero resulta sumamente importante entender estas palabras.  Vivir en otro país, tener una casa más grande, ser exitoso en tu profesión, tener una pareja, tener salud, tener mucho dinero o cualquier otro deseo que tengas apartado de una vida en Cristo, jamás tendrá valor sino será pérdida.  Leíste bien.  Eso es lo que nos está diciendo Pablo.  Después de varios años entiende que ha desperdiciado gran parte de su vida persiguiendo lo equivocado.  Ahora debes preguntarte ¿Estoy persiguiendo lo equivocado?  Tu prioridad debe ser servir al Señor en todo lo que hagas.  Pablo tardó en entenderlo pero una vez que lo hizo dedicó su vida entera a ello.  ¿Cuánto tiempo vas a tardar en darte cuenta y aceptar que necesitas cambiar de rumbo?

Oración
Padre: perdona mis pecados y mi falta de entrega.  Hoy entiendo que he desperdiciado mucho tiempo y esfuerzo buscando aquello que pensaba llenaría mi vida y mi corazón.  Hoy puedo entender que Tú eres el único que puede llenarme por completo.  Te pido transformes mi vida y me llenes de tu paz, tu gozo y tu amor.  También quiero pedirte que me enseñes a vivir sirviéndote y obedeciendo en todo lo que haga.  No permitas que caiga en la misma rutina mi Señor.  Quiero vivir en crecimiento y entrega continua.  Te lo pido en el nombre de Cristo mi Señor.  Amén 

No hay comentarios: