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1 jun 2015

Salmos 10:2-3

Con arrogancia persigue el malvado al indefenso, pero se enredará en sus propias artimañas.  El malvado hace alarde de su propia codicia; alaba al ambicioso y menosprecia al Señor.



No es fácil mantener la perspectiva correcta cuando todo está de cabeza.  Dios nos pide que amemos a nuestro prójimo mientras que él nos lastima.  Nos pide que perdonemos aunque no nos piden perdón.  Además, mientras uno trata de hacer lo correcto, vemos al que la biblia llama malvado haciendo alarde de su vida y sus decisiones.  En nuestra cara nos restriegan lo que hacen y obviamente nos hace dudar si vale la pena hacer lo que Dios quiere o lo que nuestro “instinto” nos dice que hagamos.  No parece irle mal al que sigue su propia voluntad.  El malvado persigue al indefenso y nadie lo detiene.  Presume y nadie lo calla.  ¿Qué hacer en estos casos?  ¿Cómo poder mantenerse firme mientras vemos tanta gente alejada de Dios y que al parecer les está yendo bien?  La respuesta se divide en dos partes.  La primera está relacionada a la fe.  Simplemente tenemos la certeza de lo que nos espera al seguir y obedecer a Cristo y tenemos la convicción de que es real aunque no le veamos.  ¡Eso es verdaderamente tener fe!  Segundo.  Necesitas poner por práctica esa fe para vivir en carne propia la diferencia entre obedecer a Jehová y obedecer tus instintos.  Estos dos principios van de la mano y se convierten en un círculo virtuoso.  Mientras más practiques y obedezcas al Señor, tu fe se fortalecerá y te guiará a querer más y más.  Ahora, si nunca has dado ese paso y solamente tienes la teoría de lo que Dios hace, es probable que sea más difícil el decidir por la voluntad del Señor por encima de la tuya.
La biblia nos dice en el pasaje de hoy que habrán personas que están alejadas de Dios y sin embargo aparentarán estar bien.  Nuestro ejemplo no está en lo que vemos alrededor de nosotros sino en Cristo.  Te lo repito porque es de gran importancia que lo entiendas.  La gente alrededor no es nuestro parámetro ni guía a seguir sino el Hijo de Dios, Cristo Jesús.  No importa lo que veas en los demás.  No te dejes engañar por las apariencias.  Sigue y obedece al Señor. 
Deja que transforme tu vida y vive en carne propia la bendición que es hacer su voluntad versus la tuya.

Oración

Padre: gracias.  Tu palabra es sabia y me guía por el camino correcto.  Definitivamente es difícil ver gente que está apartada de ti y que tiene éxito haciendo lo que hace.  Ayúdame a entender que los demás no son mi ejemplo a seguir sino Cristo.  Ayúdame a entender que hacer tu voluntad es lo que más me conviene y me llenará de bendición.  Perdona mis pecados Señor y guía mis pasos.  En Cristo Jesús.  Amén

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