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29 jun 2015

Salmos 12:5

Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice Jehová; pondré en salvo a quien por ello suspira. 



En Éxodo 3:7 dice Jehová: he visto la aflicción de mi pueblo, he oído su clamor  y conozco sus angustias.  Cuando Moisés escucha estas palabras, para el pueblo judío no había esperanza para terminar con la opresión que recibían de los egipcios.  No podemos pensar que Dios trabaja a nuestra disposición y a nuestro tiempo.  Sin embargo, tampoco podemos pensar que no le interesa nuestra vida.  Él escucha tu aflicción, tu clamor y tus angustias.  Él escucha tus alegrías tus risas y al mismo tiempo tus llantos.  Es un padre bueno y quiere lo mejor para ti.  Por ello obrará conforme a su voluntad, y no la nuestra, pues sabe más que tú y que yo.  ¿Por qué tardó tanto en liberar a Israel?  ¿Por qué tardó tanto en darle un hijo a Abraham?  ¿Por qué Jesús no vino antes o después?  Estas son preguntas generales y válidas pero ahora hazlas tuyas y pregúntate, ¿por qué ha permitido tal o cual cosa en mi vida?  ¿Por qué ahora?  ¿Por qué así?  La respuesta es simple.  Porque es Dios y sabe cuándo y cómo hacer las cosas a la perfección.  El pasaje de hoy nos dice que pondrá a salvo a los pobres y a los necesitados que claman a Él.  ¿Estás orando?  ¿Constantemente?  ¿Sin cesar?  ¿Pasas más tiempo pensando en tu situación que en oración?  Como hijos de Dios necesitamos aprender a esforzarnos menos y confiar más.  Leíste bien.  Debes aprender a esforzarte menos y confiar más.  ¡Deja que Dios trabaje!  Deja que sus planes se desarrollen a su tiempo, a su forma, a su espacio.  No estorbes sino conviértete en un canal para que trabaje a través de ti.  Deja de pensar en tus carencias y sufrimientos por más duros que sean.  Dios te está diciendo en su palabra que vendrá por ti y que escucha tus palabras.  Mientras tanto, enfoca tu vida en servirle.
Cada día tenemos dos opciones: buscar servir a Dios o servirnos a nosotros mismos.  Sin importar lo que uno atraviesa, las opciones son las mismas.  Sin importar nuestro estado de ánimo, nuestra situación económica o cualquier otra circunstancia.  Hoy aprendimos que el Señor vendrá por aquellos que están necesitados y claman a Él.  ¿De qué lado estás?

Oración

Padre: Gracias.  Tu palabra me llena de esperanza y trae sentido a mi vida.  Gracias por amarme y no dejarme.  Gracias por mostrarme que, sin importar lo que suceda, Tú estás aquí y me amas.  Te entrego mi vida y te pido que busque dejar de esforzarme y confíe en tu soberanía.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén

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