El Señor examina a justos y
a malvados, y aborrece a los que aman la violencia.  Hará llover sobre los malvados ardientes
brasas y candente azufre; ¡un viento abrasador será su suerte!
Dios es amor.  Es la esencia misma del amor.  Podemos pasar una vida entera predicando
sobre el increíble amor de Jehová y aún así nos faltaría tiempo.  Sin embargo, Él nos pide que estudiemos
minuciosamente su palabra y es en pasajes como el de hoy, que nos encontramos
más características de Dios.  No podemos
encasillarlo en puro amor.  En el pasaje
de hoy nos muestra que nos examina tanto a justos como a malvados y aborrece a
los que aman la violencia.  Sí.  Dios puede aborrecer.  Predicar sobre estos temas no es fácil.  La gente quiere escuchar sobre lo bueno que
es Jehová y cómo perdona nuestros pecados. 
Sin embargo, cuando comenzamos a traer “la carne” de la palabra y
dejamos atrás “la leche”, a muchos ya no les gusta.  Es importante entender cada característica de
Dios y no dejar de lado ninguna pensando que una es más importante que la otra.
Te pido vuelvas a leer el
pasaje de hoy.
Tenemos dos opciones para
estudiar este pasaje.  La primera es buscar
el perdón de Dios para ser justo y no sufrir ese castigo.  La segunda, que es en la que quiero hacer
énfasis, se refiere a nuestra necesidad de compartir a Cristo para que la gente
no se pierda y sufra este castigo.  Nos
guste o no, hay un cielo y un infierno. 
Estemos o no de acuerdo, habrá gente que se irá al infierno y sufrirá
por no haber aceptado a Jesucristo.  No
es cierto que todos los caminos llevan a un dios.  No es cierto que todos nos vamos a distintos
cielos o distintos espacios al morir para que seamos felices por siempre.  La biblia nos dice claramente que el Señor
nos examinará y determinará si somos justos o malvados para posteriormente
recibir gloria a su lado o un castigo severo. 
No es novela.  No es ciencia
ficción.  No puedes pensar que el
infierno no existe simplemente porque no te gusta.  Por esta razón debes compartir a Cristo.  No puedes ser insensible y egoísta al dejar
que los que te rodean reciban este castigo. 
Es tu responsabilidad compartir a Cristo.  Es tu responsabilidad orar por tus seres
queridos para que reconozcan al Señor. 
No podemos vivir gozando mientras los demás se van a una eternidad de
castigo.  Piénsalo.  ¿A quién le vas a compartir de Cristo el día
de hoy?  ¿Por quién vas a estar orando
para su salvación?
Oración
Padre: te pido perdón por
mis pecados para que pueda ser presentado justo ante Ti.  Te pido también que mi vida sirva para que
otros vengan a tus pies y puedan ser redimidos. 
No permitas que sea egoísta y que no vea la necesidad de Ti en los
demás.  Ayúdame a entender que el cielo y
el infierno existen y la importancia que tiene el compartir tu palabra para que
los demás te reconozcan.  Te lo pido en
el nombre de Jesús.  Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario