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17 jun 2016

Salmos 27:5 Porque en el día de la aflicción, Él me resguardará en su morada, al amparo de su tabernáculo me protegerá y me pondrá en alto sobre una roca.

No sé si siempre haya sido así pero hoy en día nuestra cultura busca evitar el dolor o las situaciones difíciles.  Queremos que todo sea fácil.  Sin embargo, sabemos que la realidad no es así.  Nadie vive sin problemas.  Nadie.  No importa si son ricos o pobres, solteros o casados, con hijos o sin hijos, con adicciones o sin adicciones.  Cada uno de nosotros atravesará momentos difíciles en su vida.  Tal vez hoy estás en un momento así.  Tal vez hoy es tu día de aflicción.  La pregunta es: ¿quién te protege en estos días?  ¿dónde está tu descanso en medio de la aflicción?  ¿cómo te mantienes de pie cuando todo busca derrumbarte?  Medita en estas preguntas por un momento.  No contestes inmediatamente.  En la última crisis financiera del 2008, 2009, la gente en Estados Unidos cambió inmediatamente su forma de vivir.  Las personas dejaron de salir a los restaurantes, dejaron de comprar ropa, dejaron de comprar automóviles y así un sin número de productos se dejaron de consumir.  ¿Por qué?  La gente tenía miedo.  Si volteabas alrededor de tu calle, se estaban vendiendo las casas de aquellos que ya no podían pagar.  Se despedían miles de personas de sus empleos de manera semanal.  Había mucho miedo en la gente.  ¿Seré yo el siguiente que despidan y me quede sin un ingreso?  La acción inmediata que se vio reflejada en todo el país fue que la gente comenzó a ahorrar.  Cambiaron sus hábitos de consumo.  Disminuyeron sus deudas.  Vieron que no era tan necesario cambiar de coche o algún otro bien material.  ¿Por qué te cuento esta historia?  Porque momentos difíciles sacuden nuestro piso.  Sacuden nuestra estabilidad y quitan nuestra zona de confort.  No nos gustan porque es más fácil seguir igual todo el tiempo.  Con nuestra rutina y de cierta manera, sin incertidumbres.  Pero no pasa mucho antes de que nos volvamos a topar con alguna situación que nos vuelva a incomodar.  ¿En dónde está tu descanso en los días de aflicción?  Hay gente que dice que busques la paz en tu interior.  Que medites.  Que pienses positivamente.  Que te enfoques en lo que quieres y por ley de atracción lo lograrás.  En contraste, Dios nos dice que acudamos a Él para resguardarnos.  La biblia nunca nos enseña a buscar en nuestro interior.  Al contrario.  Se nos advierte de lo engañoso que puede ser nuestro corazón.  ¿Cómo buscar respuestas y estabilidad en uno mismo?  Piénsalo.  Somos sumamente limitados.  Por eso la gente no descansa.  David dice: cuando estoy afligido acudo a Jehová que me resguarda, me protege y levanta por encima de todos los problemas.  ¿Qué dices tú?  ¿En qué crees?  ¿En quién te resguardas?  ¿Quién te protege?  Dios no quiere compartir ese lugar con nada ni nadie en tu vida.  Él nos pide que creamos y confiemos en Él.  Que lo pongamos por encima de todo incluyendo nuestra propia vida.  Reflexiona en esto que acabas de leer.

Oración

Padre: perdóname.  He pecado contra Ti y he buscado en muchos lugares para tener paz y estabilidad sin poderla encontrar.  Hoy entiendo que solamente Tú puedes protegerme y darme estabilidad.  Vengo a tus pies rendido y pidiendo que me llenes de tu paz.  Vengo a tu resguardo queriendo vivir siguiendo tus pasos.  En Cristo Jesús.  Amén

3 comentarios:

Unknown dijo...

🙌🏻

Un Tiempo con Dios dijo...

La gloria a El...

Unknown dijo...

Bendiciones,hermosa palabra, solo en intimidad con nuestro Padre obtenemos esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Amen.