Vistas de página en total

20 oct 2016

Salmos 31-6-8 Odio a los que veneran a ídolos vanos, yo, por mi parte, confío en Ti Señor. Me alegro y me regocijo en tu amor porque Tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso.

Es muy difícil cortar una relación.  No me refiero solamente a las amorosas sino de amistad o familiar.  No es fácil tomar la decisión de limitar el tiempo que pasamos con alguien pero creo que David nos está enseñando eso el día de hoy.  Nos dice que él no estaba con personas que seguían a otros dioses.  Simple.  Tajante.  Tenía claro a quiénes quería tener a su alrededor: personas que creyeran en Jehová.  Ojo, esto no quiere decir que todo era perfecto a su alrededor.  Su hijo se aprovechó sexualmente de su hija e incluso trató de quitarle el trono antes de morir.  Así que, no pensemos que, por tener distintas amistades, las cosas serán perfectas.  Lo que sí podemos asegurar, es que, dependiendo de tus relaciones, el servir al Señor será más fácil o difícil.  Piénsalo.  Si tienes una disyuntiva y acudes con tu amigo o amiga de toda la vida, te dará un consejo bien intencionado pero no necesariamente será un consejo que agrade a Dios.  Por el contrario, si acudes con un hermano en Cristo, su consejo, normalmente, será encaminarte en el servicio y obediencia a Jehová.  ¿Lo puedes entender?  David vio el resultado de confiar en Dios y mantenerse firme en sus principios.  Por eso dice: yo, confió en el Señor y me alegro porque vio mi aflicción y angustia.  No me entregaste al enemigo sino que siempre me mantuviste firme.  Piénsalo por un momento.  ¿Quiénes te rodean?  Hay un dicho que dice: dime con quién andas y te diré quién eres.  Extremadamente cierto.  Queramos o no, las personas que nos rodean influyen mucho en nuestras acciones, decisiones y actitudes.  Por eso resulta tan importante escoger bien con quiénes estamos.
Es importante que entiendas que no estoy promoviendo que dejes de hablar con la gente que no crea en Dios.  ¡Por supuesto que no!  Si Dios nos pide que vayamos a cada rincón a compartir su evangelio.  Lo que estoy diciendo es que tengas cuidado de quiénes están cerca de ti.  De quiénes componen tu círculo de influencia.  ¿Qué ejemplos sigues?  Si realmente quieres tener una comunión con Dios y experimentar los milagros que puede hacer en tu vida, como los hizo con David, es necesario rodearte de gente que ama, obedece y constantemente aprende sobre lo que dice la palabra de Dios.  David estuvo en aflicción y angustia.  Tú y yo estaremos así en repetidas ocasiones.  El punto está en cómo reaccionamos ante esas circunstancias.  Rodeados de personas que nos apoyan y animan a confiar en el Señor o de personas que buscarán darnos un buen consejo aunque no sea da acuerdo a la voluntad de Jehová.  Personalmente estoy convencido que lo mejor es estar con Dios y la gente que lo ama y obedece.  Aunque el consejo no sea lo que quiero escuchar, el resultado siempre es similar a lo que David describe en este pasaje: gozo de haber confiado en Él.

Oración

Padre: gracias.  Tu amor es incomprensible y cubre todos mis pecados.  Te pido me perdones y guíes para que pueda romper con las relaciones que perjudican mi comunión contigo.  Guíame para fortalecerme en tu palabra y tener gente a mi alrededor que te ame y me motiven a servirte.  Te doy gracias por tu bondad y misericordia.  Te doy gracias por guardarme en todo momento.  Te doy gracias por estar siempre listo para escuchar mis oraciones.  En Cristo Jesús.  Amén

No hay comentarios: