Vistas de página en total

23 oct 2016

Salmos 31:9-10 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia, se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. Porque mi vida se va gastando de dolor y mis años de suspirar, se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad y mis huesos se han consumido.

Hace unos años, tenía muy buena relación con un vecino.  Continuamente estaba en su casa o él en la mía.  Después de un incidente, la amistad terminó.  Me causó tristeza pues lo estimaba junto con su esposa.  Pedí a Dios que pusiera amor en mi corazón y traté de llevar nuevamente una amistad pero fue notorio que ellos no lo querían.  El incidente no fue nada grave ni en contra de ellos o nosotros, sin embargo, fue suficiente para terminar la relación.  Estoy seguro que tienes relaciones que estimas y consideras importantes en tu vida.  Tal vez hayas tenido alguna situación como la mía donde se terminó una amistad sin tener un fundamento suficiente para que haya sido así.  Bien, pues en el devocional de hoy vemos a David triste, angustiado, consumido y agotado.  ¿Por qué?  Porque su amigo, el rey Saúl, tenía envidia de él y lo buscaba para matarle.  Su amistad había terminado por celos.  David no había hecho nada más que servir a su rey y obedecer en todo lo que le pedía.  Había sido fiel.  Tenía una excelente amistad con su hijo Jonathan y justamente fue él quien le ayudó a escapar de las manos de su padre para que no lo asesinaran.  ¿Por qué pasan estas cosas?  No lo sé.  Así como escribí hace unos días que tampoco sé porque hay sufrimiento, tampoco entiendo bien por qué Dios permite estas cosas.  Si bien, son creadas por nuestro pecado y naturaleza caída, Dios podría no permitir que pasaran.  Pero tiene un propósito y dentro de su sabiduría, yo estoy convencido que todo lo que nos pasa, es para edificarnos y bendecirnos.  Es triste perder una amistad.  Es más difícil ser perseguido cuando no has hecho nada más que servir y obedecer.  David estaba sufriendo por algo que, al parecer de muchos, no merecía.  Sin embargo, algo que sí sé, es que Dios tiene planes que van más allá de nuestro entendimiento y, cuando podemos verlos en retrospectiva o, históricamente, podemos conectar los puntos de manera fascinante.  Hoy puedo ver que esa persecución de Saúl a David hizo que David mostrara lo que realmente había en su corazón.  Aún teniendo la oportunidad de acabar con su persecución y matar a Saúl, decidió no hacerlo y esperar a que Dios decidiera tomar cartas en el asunto.  Estoy convencido que fue un proceso de crecimiento espiritual de extremada importancia para David.  Personalemente puede identificarme con los adjetivos que David utiliza en este pasaje.  Vuelve a leerlos detenidamente.  Estoy angustiado.  Triste.  Consumido.  Tengo dolor en mi cuerpo, mis huesos y mi alma.  Todo esto clama David a Dios.  ¿Te has sentido así?  Son en estos momentos cuando realmente reconoces tu necesidad de Dios.  Son en momentos así cuando te entregas y vienes de rodillas a Él.  Esos momentos son maravillosos.  Vienes al Señor aplastado, entregas toda tu carga a Él y Él se encarga de cambiarla por una ligera y llenarte de paz y gozo.  Si no has experimentado esto, quiero decirte que no tienes una verdadera comunión con Dios.

Oración

Padre: quiero tener una verdadera comunión contigo.  Te pido perdones mis pecados y traigas luz a mi oscuridad.  Abre un camino nuevo ante todo lo que me abruma.  Toma mis angustias.  Toma mi vida pues en Ti confío.  Te pido me llenes de tu paz y consuelo para que pueda dejar atrás todos estos sentimientos que me consumen y pueda experimentar tu vida en abundancia.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es real que Dios Padre siempre tiene planes, propósitos más grandes que las circunstancias que permite vivamos. Es difícil entenderlo y más aceptarlos, pero llega el momento que nos mostrará " para que " lo permitió y también que Su Misericordia y Gracia estuvo siempre con nosotros.Nunca estamos solos.