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29 sept 2008

Génesis 3:9-10

Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.



Esto sucede poco después de que la serpiente convence a la mujer de comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal (que por cierto no especifica que fuera una manzana). Al momento de comer este fruto, se percatan que están desnudos y van a tejer ramas para cubrir su desnudez. Aquí entra Dios en la escena y le habla a Adán diciendo: “¿Dónde estás?”.
Si le preguntas a cualquier persona que pase por la calle si conoce la historia de Adán y Eva, imagino que un porcentaje muy alto de los cuestionados contestaría que sí. Pero si preguntáramos: ¿sabes lo que pasó después? Estoy seguro que la mayoría se brincaría lo que acabamos de leer en los versículos 9 y 10 y se irían directo al castigo de Dios y la consecuente separación por el pecado.
Me da mucho interés la forma en que Dios llama a Adán. Él sabía perfectamente lo que había ocurrido, sabía que Adán había desobedecido, pero aún así NO se espera a que Adán haga algo sino que lo busca y lo llama.
Pienso que en la actualidad las cosas son muy similares. Me explico mejor.
Tú y yo hemos cometido pecados (comimos del fruto prohibido).
Después Dios nos buscó (le dijo: ¿dónde estás tú?)
La voz de Dios a través de su palabra confronta nuestra naturaleza humana y evidencia la necesidad que tenemos de Él, lo cual muchas veces es canalizada con rechazo en lugar de aceptación y arrepentimiento. (“oí tu voz, tuve miedo por estar desnudo y me escondí”).
Solamente Jesús puede hacer que tú y yo no tengamos miedo al escuchar la voz de Dios. Él murió por nuestros pecados y es quien intercede ante Dios por aquellos que lo reconocen como su Salvador.
La palabra de Dios siempre sacudirá tus costumbres, ideologías y formas de llevar tu vida. Es el Señor quien te habla directamente a través de ella ¡cómo no te va a mover! Lo que hoy quiero que reflexiones es en tu acción posterior al escuchar lo que Dios dice; ¿te escondes, lo niegas, piensas que son cuentos, crees que es para los ignorantes, no lo necesitas, todas las religiones son iguales?
¿Cuál es TU reacción?
Yo te recomiendo que no sigas con miedo, que no le des vueltas a la verdad, que no te gane la soberbia pensando que no necesitas dar respuesta a este llamado. ¡Dios te ama! Quiere que lo conozcas y por eso mandó a Jesús y poder así reconciliar la relación entre tú y Él. Hoy Jehová Dios te está diciendo:
“¿Dónde estás?” ¿Qué vas a contestar?

Oración
Padre: aquí estoy humillado ante Ti. Te pido perdón porque he pecado. Quiero que Jesús me limpie y poder reestablecer mi relación contigo y conocerte. Gracias por buscarme a pesar de mis faltas, gracias por tener misericordia y ser tan amoroso. Ya no quiero tener miedo al escuchar tu voz ni tener que esconderme de Ti. Te pido que escuches mi oración en el nombre de Jesús
Amén

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