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26 sept 2008

Hechos 2:7-8

Y estaban atónitos y maravillados diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?


Dios hace imposibles. Otro versículo dice que lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. ¡Créelo!
Imagina la escena que se estaba dando en ese momento. En el contexto, el Espíritu Santo había descendido sobre los apóstoles y a partir de este suceso, ellos comienzan a hablar en diferentes lenguas, es por esta razón que los que están escuchando se sorprenden tanto. Y cómo no se van a sorprender si de entrada no existían escuelas de idiomas y sabían que venían de otro lugar, hablando otro idioma. Es un milagro de Dios. Es una pequeña señal de lo que el Señor en su poder puede hacer.
En otro pasaje, Jesús le dice a sus discípulos que si tuvieran fe, le podrían decir a un monte que se moviera y éste lo haría. ¡Cristo hizo tantas señales sobrenaturales! Sanó a cojos, ciegos, leprosos e incluso tuvo potestad sobre la muerte. Pero si pones atención y eres cuidadoso, podrás darte cuenta que todos estos milagros eran un MEDIO y no un FIN.
El milagro de que hablaran en otra lengua no se quedó ahí, sino que fue utilizado para compartir a Jesús en otras naciones y pueblos. Los milagros de Cristo hacían que la gente entendiera que era Dios y que a través de Él se llega al cielo.
¡Dios quiere hacer milagros en tu vida!
No pienses que eres muy pequeño para Dios. Él quiere ocuparse de ti.
De un día a otro no vas a empezar a hablar en otros idiomas, pero lo que sí puede pasar es que de un día a otro te empieces a dar cuenta de tu forma de tratar a la gente, de tu falta de amor a tu familia o a tu prójimo, de tus celos, de tus envidias, de tus críticas constantes, de tu falta de paz, de tu afán por el dinero o el poder y, si lo permites, ¡Dios transformará todo esto! ¿No te parecería un gran milagro? Dejar de ser “el enojón”, “el envidioso”, “el insoportable” en fin, tú sabes “de qué pie cojeas”. Piensa en que puedes ser una mejor persona. Pero lo mejor de todo y más importante será el momento en que tu vida empiece a cambiar y la gente te pregunte, ¿cómo le haces para estar tan tranquilo si eras un desesperado? y tu respuesta sea: “le doy gracias y gloria a Dios que me transformó”. Tus transformaciones, los milagros de Dios en ti se vuelven un MEDIO para apuntar al FIN: Jesús, Rey de reyes y Señor de señores.

Oración
Dios: a veces olvido que eres Todopoderoso y que ese poder puede transformarme. Te pido que abras mis ojos y pueda ver aquello que no te agrada. Quiero cambiar y ser transformado por Ti. Permite que mi vida cambie y pueda dar testimonio de los milagros que haces en mi vida. Permite que sea un MEDIO que te anuncie siempre como el FIN. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

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