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25 ene 2016

Salmos 22:11-13

No te alejes de mí porque la angustia está cerca y no hay nadie que me ayude.  Muchos toros me rodean, fuertes toros de Basán me cercan.  Contra mí abren sus fauces leones que rugen y desgarran a su presa. 



En los versículos anteriores, Cristo se describe como un gusano indefenso y ahora describe a sus adversarios como toros fuertes y leones rugientes.  ¿Sabes?  La biblia en ningún momento evita hablar de temas difíciles.  En ningún momento esconde que tu vida será difícil.  ¡Al contrario!  Una y otra vez nos repite los problemas que vendrán a causa de nuestra decisión por el Señor aunque al mismo tiempo nos revela la enorme bendición que será seguir sus pasos.  De cierta manera, la biblia pareciera que se contradice.  Por un lado nos habla de bendiciones mientras que al mismo tiempo nos dice cuántas pruebas atravesaremos.  Si quieres acercarte al Señor porque quieres que tu vida sea una sin problemas, estás en el lugar equivocado.  Si quieres acercarte a Cristo para que haga unos milagros y luego sigas con tu vida como si nada, estás en el lugar equivocado.  La palabra de Dios es sumamente clara: Jehová quiere tener comunión contigo.  No es un dios alejado que no le interesa tu vida.  El ha mandado a su Unigénito para que puedas reconciliarte con él.  El ya preparó todo para que tu puedas regresar a casa y dejes de andar perdido.  Mientras algunas personas prefieren no predicar versículos como este y tratar de enfocarse en que todo va a estar bien, a mi me encanta descubrir lo real y cruda que es la palabra del Señor.  Escúchalo bien: tu vida va a ser difícil.  Vas a atravesar problemas.  Van a haber momentos en los que te des cuenta que eres como un gusano indefenso y tienes toros y leones queriendo aplastarte.  Esa es la realidad.  No porque Dios es malo.  Al contrario, porque dentro de su amor, quiere que aprendamos a depender por completo de él.  En el pasaje vemos a Cristo pidiendo al Padre que no se aleje ni un segundo de él.  Sabe lo que viene.  Ya ha visto la boca de esos leones antes cuando predicaba en las sinagogas y buscaban engañarle o traían testigos falsos para encontrarle culpable de lo que no cometió.  Ya había experimentado a esos toros furiosos que querían aplastarlo y arrollarlo.  Sin embargo, su oración y petición es simple: Padre, no te alejes de mí.  Cuando estoy pasando por momentos difíciles, siempre trato de orar de una manera similar.  Le digo: Padre, pase lo que pase, no permitas que me aparte de Ti.  No permitas que las circunstancias me hagan dudar de Ti o de tu palabra.  Poco a poco he aprendido del ejemplo de Cristo y trato de imitarlo dejando de pedir porque las cosas se “resuelvan”.  Poco a poco aprendo y dejo de orar para que se “acaben” los problemas.  Mi oración se ha ido transformando y encontrando la voluntad del Padre para mi vida.  Hoy espero que puedas crecer espiritualmente y hacer lo mismo.  Alinearte con Jehová.  Entender lo pequeño que eres y lo grande que es Dios.
Como escribí al principio, la biblia no esconde que habrá situaciones difíciles pero tampoco esconde los recursos para atravesarlos confiados.  Nos dice que oremos sin cesar y clamemos al Señor.  Hazlo.  Pide a Dios que no se aparte de Ti ni tú de él.  Dile a Dios cuánto miedo tienes.  Dile qué tan cansado estás.  Dile cuánto necesitas de su paz.  Dile qué tan triste y solo te sientes.  Abre tu corazón y deja que él lo llene.  Las pruebas van a seguir ahí.  Sin embargo, esta vez las atravesarás diferente.  Como un gusano que confía en el Todopoderoso.

Oración

Padre: gracias.  Vengo a tus pies pidiendo que no te apartes de mi y no permitas que me aparte de ti.  Perdóname por mis pecados y por darte la espalda por tanto tiempo.  Hoy quiero venir a ti y pedirte que pueda tener comunión contigo.  Te pido que pueda atravesar mis problemas confiado en Ti y siguiendo tus pasos en todo momento.  Lléname de tu paz.  Lléname de tu consuelo.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén

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