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4 ene 2016

Isaías 7:14

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel.



La Navidad ya pasó pero el mensaje sigue siendo el mismo.  No debes dejar que la rutina vuelva a tomar control de tu vida y las ganas de buscar a Dios y reencontrarte con él terminen el 26 de diciembre.  El libro de Isaías fue escrito aproximadamente 700 años antes de la venida de Cristo.  ¡Setecientos años!  Por lo menos unas seis generaciones tuvieron que pasar para que se cumpliera esta profecía.  Mientras tanto, ¿qué hicieron los demás?  Esperar y confiar.  Hoy ya sabemos que la virgen sí concibió y Jesús vino al mundo.  Hoy ya sabemos que Cristo es el Verbo y por lo tanto Dios mismo confirmando el nombre de Emanuel que significa: Dios con nosotros.  Hoy la profecía ha sido cumplida y resulta fácil verlo en retrospectiva.  Sin embargo, hay más profecías y promesas que no se han cumplido y debemos de velar todos los días hasta verlas cumplidas.  Incluso, puedo pensar en algunas promesas que deberíamos tener presentes cada instante de nuestra vida: Dios promete tener cuidado de nosotros y nos pide dejar de preocuparnos.  ¿Realmente vives confiado?  ¿En cuanto llega cualquier adversidad todo se pone de cabeza y no sabes qué hacer?  Insisto, pasaron setecientos años para que la profecía que Isaías anunció se cumpliera.  ¿Cuánto estás dispuesto a esperar para que Dios cumpla algo en tu vida?  ¿Por qué dudas tanto?  ¿Por qué cuesta tanto trabajo dejar de preocuparnos y vivir confiados en Aquél que ha vencido a la muerte?  A mi parecer, la respuesta es sencilla: todo se basa en nuestra comunión con él.  Cuando llevas una vida en la que Dios es una pequeña parte de tu día a día, cualquier situación que venga será causa de caos y nerviosismo.  No tienes una base sólida para dar estabilidad a tus decisiones y tratas de salir adelante como puedas.  Tal vez te identifiques con este tipo de vida.  Sabes que Dios existe.  Crees en él.  Sin embargo, no te interesa mucho conocer de él.  Tal vez atiendes los domingos a escuchar algo de su palabra pero realmente no te interesa cambiar tu vida.  Después tenemos a aquellos que la biblia describe como tibios.  Creen en él.  Conocen de él.  Pero no quieren dejar atrás su vida en la carne.  Prefieren seguir su camino.  Por último, tenemos a aquellos que son verdaderos discípulos de Cristo. Pedro y Andrés respondieron dejando todo al momento en que Jesús los llamó sin cuestionar absolutamente nada.  ¿En dónde estás tú?  Sabemos que Dios prometió que mandaría a su hijo Jesús y lo cumplió.  Hoy te animo a que mejores tu comunión con él y sepas lo que promete para tu vida.  Lee su palabra todos los días.  Ten un tiempo de oración todos los días.  Acude a un grupo de estudio y ten personas que te den consejo basado en la palabra de Dios.  Y sobre todo, ora para que tu corazón y tu mente siempre estén dispuestos a escuchar la palabra de Dios y seguir el camino que él muestre.
En diciembre celebramos el nacimiento de Cristo aunque personalmente creo que es algo que debemos festejar cada día recordando que el Señor cumple sus promesas y profecías.  Cada momento de incertidumbre.  Cada instante que sientas que no puedes más.  Cada circunstancia que te robe la paz.  Has una pausa.  Recuerda que el mismo Dios que cumplió su promesa mandando a Cristo, ha prometido cuidarte y bendecirte.  Cree en su palabra.  Confía en él.  Aprende a depender de él.  Entrega tus cargas a él y camina su camino dejando el tuyo atrás.

Oración
Señor: gracias.  No hice nada para merecer a tu Hijo Jesús y aún así lo mandaste a morir por mis pecados.  Gracias por permitirme reconciliarme contigo.  Perdóname por todas mis transgresiones contra Ti.  Aquí estoy.  Dispuesto a dejarte cambiar mi vida, mi corazón y mi forma de pensar.  Quiero seguir tus pasos.  Quiero vivir para darte gloria.  Gracias Padre.  En Cristo Jesús.  Amén

2 comentarios:

Unknown dijo...

Waoooo maravillosos. Dios es bueno excelente un mensaje para meditar y vivir. Dios le bendiga mas....

Un Tiempo con Dios dijo...

Muchas gracias por tu comentario.
Bendiciones también para ti.