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4 jun 2012

Hechos 25:17-22


Cuando acudieron a mí, no dilaté el caso, sino que convoqué al tribunal el día siguiente y mandé traer a este hombre.  Al levantarse para hablar, sus acusadores no alegaron en su contra ninguno de los delitos que yo había supuesto.  Más bien, tenían contra él algunas cuestiones tocantes a su propia religión y sobre un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo.  Yo no sabía cómo investigar tales cuestiones, así que le pregunté si estaba dispuesto a ir a Jerusalén para ser juzgado allí con respecto a esos cargos.  Pero como Pablo apeló para que se le reservara fallo al emperador, ordené que quedara detenido hasta ser remitido a Roma.  A mí también me gustaría oír a ese hombre.  Le dijo Agripa a Festo.  Pues mañana mismo lo oirás.  Le contestó Festo.


Imagina una película de drama y suspenso.  La historia empieza.  Nos muestran momentos felices y hay paz.  De repente, un evento cambia todo.  Al parecer la paz se ha ido y ahora hay dolor y dificultad.  Así podríamos pensar que se desarrolla la vida de Pablo.  Así podemos pensar que nuestra vida se desarrolla.  Tenemos momentos felices y luego llegan pruebas tan duras que nos tiran y no podemos levantarnos.  Nuestra vida se ha vuelto un drama.  Nuestra dependencia a Dios la cambiamos por dependencia a nuestros ahorros o a algunas personas involucradas en nuestro caso.  Algunos deciden cambiar la oración y la lectura de la biblia y se involucran en otro tipo de actividades “espirituales”.  Para empeorar la situación, aquellos involucrados en nuestros problemas son como Agripa y Festo.  Personajes corruptos, mentirosos y egoístas.  Solamente de leer las mentiras de Festo me ponen de mal humor y me desespero.  ¿Alguna vez has presenciado mentiras descaradas y cínicas?  Pues la vida de Pablo estaba en juego con mentiras y verdades mezcladas.  ¡Qué cansado!  ¡Qué difícil!
¿Cómo podemos salir adelante de situaciones que nos tienen en el suelo?  ¿Cómo tener esperanza cuando las cosas no parecen tener solución?  ¿Cómo levantarse si aquellos que están en nuestra contra están totalmente alejados de Dios, no les interesa nuestro bienestar y peor aún, tienen poder para hacernos mal?  ¿Qué hacer con los Festos de hoy en día?  La respuesta la encuentro en 2Crónicas 20:16-17, “ustedes saldrán contra ellos y los encontrarán junto al arroyo, pero ustedes NO tendrán que intervenir en esta batalla.  Simplemente quédense quietos para que vean la salvación que el Señor les dará.”  ¿No hacer nada?  Correcto.  Totalmente opuesto a lo que escuchamos.  “tú puedes; ¡Ánimo!; no te des por vencido; sigue adelante” entre otras frases comunes.  Pero Dios nos dice algo distinto: tú, no puedes, pero no te preocupes que Yo voy a hacer todo por ti.  Solamente preséntate y observa.  No te quedes sentado sino preséntate y ve los problemas que están frente a ti.  No temas pues Yo estoy contigo.
¡Qué increíble!  ¡Qué palabras de aliento!  ¡Gracias Dios!
Dios conoce tus problemas y aquello que te quita el sueño y roba tu paz.  Dios sabe que hay personas como Festo allá afuera haciéndote pensar que tu situación es imposible.  Por esta razón, su palabra nos llena de esperanza y recuerda constantemente que debemos permanecer en Él y entregarle nuestras batallas.  
Oración
Padre: estoy agotado.  Te entrego mis problemas.  Te entrego mi vida.  Hoy me presento ante Ti humillado y pidiendo que traigas paz a mi corazón.  Hoy aprendí que Tú traes la victoria a mi vida en aquello que pensaba estaba perdido.  Gracias.  Ayúdame a vivir confiado y a permanecer en tu camino.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén 

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