Vistas de página en total

13 jun 2012

Hechos 26:19-22a


Así que, rey Agripa, no fui desobediente a esa visión celestial.  Al contrario, comenzando con los que estaban en Damasco, siguiendo con los que estaban en Jerusalén y en toda Judea, y luego con los gentiles, a todos les prediqué que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, y que demostraran su arrepentimiento con sus buenas obras.  Sólo por eso los judíos me prendieron en el templo y trataron de matarme.  Pero Dios me ha ayudado hasta hoy, y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños.


Voy a empezar por el final del pasaje.  Pero Dios me ha ayudado y así me mantengo firme.  Como seguidores de Jesús, debemos aprender a depender cien por ciento de Dios.  No ochenta.  No noventa y nueve.  Cien por ciento.  Cada vez que atravesamos una prueba, el Señor nos muestra todo aquello que seguimos utilizando para salir adelante y quiere que volteemos a Él dejando atrás nuestra vieja costumbre.  Si hoy estás atravesando una situación difícil.  Medita.  ¿Qué quiere Dios que aprenda?  Él puede librarme y, como a Pablo, me ayudará a mantenerme firme.  Entonces, ¿Cuál es el propósito de esto que estoy viviendo?  ¿Qué quiere mostrarme el Señor?  No te quejes por la circunstancia.  No te quejes porque es difícil o porque antes estabas mejor.  Abraza las promesas de Dios y confía que Él está en control.
Pablo fue aprehendido por obedecer las instrucciones que recibió de Dios.  En cuanto escuchó el mensaje, salió y compartió las buenas nuevas.  Él sabía que vendrían problemas al compartir en las sinagogas.  ¿Cómo lo sabía?  ¡Él mismo era el que perseguía a los que ahora acompañaba!  Por supuesto que no era el único haciendo esto.  Era obvio que otros judíos continuarían con el trabajo que estaba realizando.  Aun así, decidió obedecer y realizar lo que se le había encomendado.  ¿Por qué a nosotros nos cuesta tanto trabajo cambiar?  ¿Porque cuestionamos todo lo que sucederá?  ¿Qué van a pensar a decir a hacer?  ¿Me rechazarán?  ¿Me criticarán?  ¿Se burlarán?  Deja todos esos pensamientos atrás.  No te sirven para nada.  Si has entendido que debes reconciliarte con Dios, ¡Hazlo!  Si has entendido que debes cambiar tu vida, ¡Hazlo!  No te detengas.  No lo pospongas.  Si vienen problemas, no te preocupes, Dios se encargará de mantenerte firme.  Recuerda: ya no estás solo.  Ya no tienes que trabajar con las herramientas que tenías.  Ahora deja que Dios te muestre cómo se vive cuando Él reina en tu vida.
Lo que más me gusta leer en la biblia son palabras como las que hoy dice Pablo: Dios me mantiene firme.  Gracias a Él sigo aquí.  Me encanta leer cómo el Señor se encarga de destruir fortalezas impresionantes como lo hace en Jericó utilizando un pueblo con el corazón entregado y trompetas.  Me encanta leer que nosotros debemos permanecer en Él y no tener miedo.  Me encanta leer que vendrán pruebas y que cada día tendrá su propio mal, pero nuestro Dios se ha encargado de vencer a la muerte misma así que no hay necesidad de temer.  Hoy, el Señor te quiere retar a comprometerte más con Él.  A entregar tu vida al cien por ciento y no en pedazos.  ¿Qué vas a decidir?
Oración
Señor: alabado seas.  Eres grande, poderoso pero sobre todo, amoroso.  Gracias por amarme.  Gracias por extender tu misericordia y por cuidar de mí siempre.  Te entrego mi vida entera.  Te pido que me mantengas firme a pesar de las circunstancias.  Guíame en tu camino y no permitas que me aparte de él.  Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.  Amén 

No hay comentarios: