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16 mar 2011

Hechos 8:14-17

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que los samaritanos habían aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Éstos, al llegar, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, porque el Espíritu aún no había descendido sobre ninguno de ellos; solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces Pedro y Juan les impusieron las manos, y ellos recibieron al Espíritu Santo.



Nos dice la biblia en el evangelio de Marcos capítulo uno, que Juan el bautista predicaba que su bautismo era con agua pero que vendría Uno que bautizaría con el Espíritu Santo. En el evangelio de Lucas, vemos que el Espíritu Santo descendió sobre Jesús después de ser bautizado. En estos versículos, vemos que había un gran número de personas que habían creído en el evangelio y habían sido bautizadas pero aún no habían recibido al Espíritu Santo. Pienso que Dios hace estas pequeñas variaciones con toda intención. A nosotros nos gusta crear rituales. Ve por ejemplo el fútbol y cómo entran los jugadores a la cancha arrancando un poco de pasto. Si a alguien le va bien cuando usa cierta ropa, la vuelve a utilizar en días críticos. Cuando tengo que utilizar un avión, veo a mucha gente distraída y haciendo lo suyo hasta unos minutos antes de que vamos a despegar y entonces sus rostros cambian y realizan sus rituales también. Por esta razón, pienso que Dios no nos deja una guía que seguir como hombres para que alguien reciba al Espíritu Santo a través de nosotros. Depende de Él. En estos versos, Juan y Pedro impusieron las manos y reciben al Espíritu mientras que en otros no hubo tal seguimiento. Lo que sí es constante es nuestra necesidad de reconocer a Cristo como Señor y Salvador y arrepentirse de nuestros pecados. Ten cuidado con los ritos que realizas. Analiza el por qué los haces. ¿Tienen fundamento en la Biblia? ¿Lo has constatado o alguien te dijo que la biblia lo dice? Juan y Pedro no eran los personajes fundamentales en la historia. Tampoco fue un milagro el que impusieran las manos. Simplemente fueron instrumentos de Dios. No hay que quedarse con la mirada en los instrumentos o en las señales sino en Aquél que los creó y utiliza.
Por otro lado, me resulta interesante ver cómo deciden mandar a Juan y a Pedro a Samaria. Felipe comenzó a predicar en esa región. La gente creyó en Jesús y se volvieron a Él. Es muy probable que Felipe dentro de su aviso a los apóstoles de lo que estaba sucediendo, haya expresado la gran reacción que había tenido la gente hacia el evangelio. Ahora. Veo muy común en nuestro tiempo que nos gusta compartir de Dios llevando a la gente a la congregación. Esto es solamente una pequeña forma de hacerlo. Pienso en Felipe y cómo hizo todo un trabajo antes de que Juan y Pedro llegaran. Tú y yo debemos hacer lo mismo. Llevar gente a la congregación debería ser el resultado de un trabajo individual que hayamos realizado previamente y no la forma en que cumplamos con la tarea de predicar. Dios es personal. Dios busca cada corazón y quiere reconciliarse con cada uno de nosotros. No con una multitud. Con individuos. Uno por uno. ¿Quieres ser el siguiente?

Oración
Señor: quiero aceptar a Cristo en mi vida. Reconozco que he pecado y te pido perdón. Me he llenado de rituales y no he buscado escucharte o aprender de Ti, ayúdame a entender que no son los ritos lo que me acerca a Ti sino Cristo y tu palabra. Hoy entiendo que quieres tener comunión conmigo y yo también quiero que así sea. Permite que tu Espíritu Santo transforme mi vida. En el nombre de Jesús te lo pido
Amén

2 comentarios:

Unknown dijo...

Amen gracias señor así es padre, te amo mi rey amado

Un Tiempo con Dios dijo...

¡Amén!