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15 ago 2013

2 Pedro 2:10-11


Esto les espera sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor.  ¡Atrevidos y arrogantes que son!  No tienen reparo en insultar a los seres celestiales, mientras que los ángeles, a pesar de superarlos en fuerza y en poder, no pronuncian contra tales seres ninguna acusación insultante en la presencia del Señor.  



No sé qué pienses tú pero yo creo que hoy en día la gente no está tan segura de que exista un cielo y un infierno.  Pareciera que cada uno de nosotros se ha dado a la tarea de crear su propio cielo o su propio infierno.  Incluso he escuchado personas que dicen que el infierno puede ser en la tierra como si fuera un estado de ánimo o algo parecido.  La realidad es que la biblia claramente nos advierte sobre la realidad del juicio al morir y los posibles destinos.  El cielo o el infierno.  Cuando Pedro dice: esto les espera, se refiere al juicio de Dios que menciona en el versículo anterior.  No veo mucho margen para crear hipótesis sobre lo que quisiera decir la biblia con respecto al día del juicio.  Nos dice que aquellos que siguen los deseos torcidos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor serán quienes atraviesen ese juicio.  Incluso nos dice que para Dios son atrevidos y arrogantes.  Otra versión traduce atrevidos y tercos.
Debemos entender que el juicio de Dios es real.  Debemos entender que para Dios sí hay una línea entre el bien y el mal.  Ojo, el error en el que caemos es pensar que debemos portarnos bien para estar de “su” lado mientras que Cristo es quien ya hizo el sacrificio para que seamos santos.  La aceptación al cielo no es por obras sino por lo que hizo Jesús por nosotros.  El hecho de cambiar tus acciones es respuesta natural al entender el sacrificio que se hizo por ti.  Yo entiendo que hay situaciones y temas difíciles de entender.  Pero debemos aprender a partir de que la biblia, siendo la palabra misma de Dios, es quien establece los parámetros y no nosotros.  De esta manera, podemos entender que existe un cielo y un infierno y están descritas sus características para no crear nosotros nuestras propias ideas.  Así mismo, tenemos claridad en cómo ser hijos de Dios.  Juan capítulo uno versículo doce nos dice que no todos somos hijos de Dios sino a aquellos que le reciben y creen en su nombre.
Entonces, debes tener cuidado con lo que crees.  El cristianismo no es invento de una o varias personas.  Tampoco es una religión más.  Es tener comunión con el Dios de la biblia.  Es buscar obedecerle y servirle.  Es aprender a vivir para Él y morir a ti mismo.  Es estudiar su palabra para conocerle profundamente.  Es creer en que hay una trinidad Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.  No puedes decirte creyente y seguidor de Jesús y al mismo tiempo ignorar estos principios.  Insisto, la biblia es la voz de Dios impresa en un libro.  No son los recuerdos de personas.  No son historias lindas y fabulosas.  Es lo que Dios quiere decirnos y mostrarnos para que le conozcamos y aprendamos a vivir según su voluntad.  Por esta razón, cuando se habla de juicio a aquellos que no le siguen, es importante tener claro que, lo que diga el mundo y la cultura en la que vivimos, no son quienes dictarán el juicio o no de alguien.  ¡Eso lo decide Dios!

Oración
Señor: gracias por enseñarme que el cielo y el infierno en verdad existen.  Gracias por decirme que hay un juicio para todos aquellos que no confiesan y reciben tu nombre.  Señor, yo quiero estar en tu presencia al morir.  Yo quiero ir al cielo.  Entiendo que para ello, Cristo se sacrificó por mí y pagó todos mis pecados.  Reconozco ser pecador y te pido me perdones.  Te pido pueda ser limpiado para tener comunión contigo y sobre todo, te pido transformes mi vida para que sea conforme a tu palabra y tu voluntad.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

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