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14 ago 2013

2 Pedro 2:9


Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio.




Hace tiempo platiqué sobre la demanda que recibimos por la pelea en la que se metió Tomás mi perro.  Fue injusto.  La persona mintió y se aprovechó de la situación.  Por mucho tiempo he estado orando para no tener rencor ni corajes.  He estado orando para que al ver a la persona que nos demandó pueda amarla y estar en paz.  Siendo honesto, lo que más quería hacer no era orar y pedir porque el Señor pusiera amor en mi corazón.  Yo quería gritarle.  Quería decirle lo que “se merecía”.  Quería que supiera que no me engañaba y que sabía perfectamente lo que había hecho.  Quería que se sintiera mal por lo que hizo.  Quería perjudicarla como me perjudicó.  Pero no lo hice.  Gracias a Dios, me mantuve en oración y sé que muchos de ustedes que leen esto también oraron por mí.  Hoy puedo decirte que mi corazón está en paz.  Hace unos días me crucé con ella y pude estar en paz y no sentir coraje o enojo.  Como dice el versículo de hoy: el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Él quiere.  Sabes, a veces pareciera que el camino de Dios pudiera necesitar un poco de “ayuda” de nuestra parte.  Pensamos que necesita estar más en línea con lo que nos sucede.  La realidad es que Dios sabe perfectamente lo que está haciendo y nosotros no.  Sus pensamientos son mejores que los nuestros al igual que sus planes.  Pero lo olvidamos y queremos resolver las cosas a nuestra forma en lugar de obedecer y dejar que Dios, a Su tiempo, muestre el resultado.  Lo que yo viví es un pequeño ejemplo de cómo podemos confiar en el Señor, hacer su voluntad por encima de la nuestra y ver un resultado extraordinario.  Pero no siempre soy así.  A veces me dejo llevar por mis impulsos y tomo decisiones que pensaba eran correctas pero en realidad lo único que hice fue sacar a Dios de la ecuación.  ¿Te ha pasado?  Queremos tomar venganza inmediata.  No queremos esperar.  No podemos admitir que alguien más se encargue de nosotros.  En fin, tantas cosas que pasan por nuestra cabeza cuando el Señor nos muestra un camino y nosotros queremos seguir por otro.  En esta vida tienes dos opciones: Reinar sobre tu propia vida o dejar que el Señor sea quien reine.  Allá afuera nos hacen pensar que es mejor reinar nosotros mismos.  Incluso nos confundimos al pensar que podemos darle a Dios parte de nuestra vida.  Déjame decirte que Dios no trabaja a medias.  O estás de su lado o estás en su contra.  Por esta razón nos dice el pasaje de hoy que Él libra a todos aquellos que viven conforme a Su voluntad pero para todos los impíos, les vendrá castigo.  No te dejes engañar.  No te dejes llevar por la corriente.  Puede parecer atractivo.  Puede ser seductor.  La realidad es que la voluntad de Dios siempre será lo mejor que puedes buscar.  Ten valor.  Ten fe.  Sigue Su camino y deja que Él se encargue de todo lo demás.  Toma ese siguiente paso.  Sube ese escalón que tanto dudas en escalar.  Dios te cuidará.  Dios te ama y quiere lo mejor para ti.  Créelo.  Tú puedes pensar que las cosas serían mejor de otra manera pero la realidad es que lo mejor siempre será conforme a su voluntad y no la nuestra.  Yo pude haber hecho mi voluntad.  Pude haberle dicho lo que según yo merecía.  Pude haber hecho muchas cosas y preferí no hacerlas porque confié en que Dios quería lo mejor para mí.  Así fue.  Hoy te animo a que hagas su voluntad y confíes más en Él que en ti.  Recuerda que Él libra a los que le obedecen y castiga a los que no.  Mantente firme y fiel.
Oración
Padre: gracias.  Gracias por querer lo mejor para mí.  Gracias por tener planes que traigan bendición a mi vida.  Gracias por mostrarme que tu camino siempre será mejor que el mío.  Yo te pido perdón por mis pecados.  Te pido me des la fuerza para seguirte y dar los pasos que no he querido dar.  Te pido sea sabio y pueda obedecerte en todo momento y deje de utilizarte para mis momentos de desesperación.  Señor, te pido que no me separe de Ti ni un instante y pueda seguir tu voluntad.  En el nombre de Jesucristo te lo pido.  Amén

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