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9 jul 2008

Josué 24:13

Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis.


Estas palabras las dice Dios al pueblo de Israel estando Josué ya en sus últimos días de vida. ¿Para qué les dice esto? Para que su orgullo no hiciera que se olvidaran de quién les entregó la tierra prometida.
Es muy fácil olvidar las bendiciones de Dios. Uno se acostumbra a levantarse todas las mañanas y realizar una rutina diaria. Si llevas muchos años así, ¿por qué habría de ser distinto mañana? Después empiezas a tener mayor abundancia o por el contrario tienes escasez. En la abundancia comienzas a pensar que eres mejor que los demás y piensas que hay distintas “clases” de personas: las que son como tú y las que no. Si te sientes humilde hasta aceptarías que hay personas por arriba de ti. Realizas planes para continuar incrementando lo que ya te sobra. Por otro lado, el que tiene escasez, se queja y constantemente recuerda cuando tenía más.
En ninguno de los dos casos se dan cuenta que en realidad NADA ES SUYO.
Vuelve a leer el primer verbo del versículo: DAR.
¿Quién es el que dio? Dios.
¿Quién recibió? El pueblo de Israel.
¿Qué hizo Israel para merecerlo? NADA.
Ahora hazte las mismas preguntas…
Dios entregó al pueblo de Israel absolutamente TODO.
Dios TE entregó TODO lo que tienes.
Tal vez ahora estás pensando que estoy exagerando. La verdad es que mucho tiempo yo pensaba como tú pero conforme fui aprendiendo más de Dios me di cuenta que en verdad no merezco nada y que el Señor es quien en su misericordia decide cubrir mis necesidades. Pensaba que Dios me daba mi salud, mi casa y otras cosas, pero yo intervenía en muchas otras. La verdad es que ni tú ni yo intervenimos, es Dios.
Piensa en esto por un momento: ¿tú decidiste en dónde nacer; cómo ser educado; qué trabajo tener; cuánto medirías; el color de tu piel; tu carácter y a tu familia?
Dios te da lo que necesitas. Muchas veces nos da mucho más.
Lo que más quiero que recuerdes de este pasaje es que para Dios es importante recalcarles a los israelitas que El fue quien les entregó todo lo que tenían. En la actualidad, Dios sigue diciendo lo mismo. No te olvides que El es quién te ha entregado todo lo que tienes.
Pon atención a TODO lo que hizo por los israelitas: les dio una tierra que no trabajaron, ciudades que no construyeron, viñas y olivos que no plantaron. En resumen, les dio trabajo, techo y comida. Como dice un dicho “se los entregaron en charola de plata” no hicieron absolutamente nada para recibirlo y aún así lo recibieron. ¿Qué más podían pedir?
Ahora la mejor parte: ¡Dios quiere hacer lo mismo contigo!

Oración
Dios: ¡eres grande! Gracias por todo lo que me has dado. Perdona que me acostumbre a recibir tus bendiciones y deje de darte gracias por ellas. Te pido que pueda abrir los ojos y darme cuenta de tus bendiciones. Te pido por mi corazón para que sea sencillo y humilde y no se enorgullezca contra Ti pensando que no te necesito. Hoy entiendo que Tú das y quitas todo lo que las personas tenemos. Gracias por que me has dado mucho más de lo que necesito. Te doy las gracias en el nombre de Jesús
Amén

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